El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso fin a la política de solicitud de asilo en la frontera con México, al clausurar las citas electrónicas para aspirantes a refugiados y ordenar a sus agentes fronterizos prohibir la entrada de cualquier migrante sospechoso de participar en la “invasión” del país.
Como parte de esta nueva estrategia, Trump ordenó el despliegue inmediato de 1,500 militares para colaborar con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en labores de control migratorio. Según reportes de CNN, el equipo de Trump solicitó originalmente el envío de 10,000 soldados, pero el Pentágono logró que el despliegue sea paulatino.
“El pueblo de Estados Unidos ha estado esperando un momento así, para que nuestro Departamento de Defensa realmente tome en serio la seguridad nacional. Esta es una prioridad número uno del pueblo de EU, y el Presidente ya está cumpliendo”, declaró la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Trump invocó una controvertida provisión, conocida como 212(f), que otorga al presidente poderes extraordinarios para modificar la Ley de Inmigración sin necesidad de la aprobación del Congreso. “Esta orden pone fin al asilo en la frontera de EU para cualquier persona que huya del peligro, incluso para familias perseguidas por su religión o discurso político”, afirmó Lee Gelernt, abogado de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), en declaraciones a CBS.
Los expertos señalan que las medidas de Trump replican disposiciones implementadas durante la pandemia de Covid-19, en 2020, cuando se expulsó a casi tres millones de migrantes bajo un esquema de restricciones sanitarias. En aquella ocasión, México accedió a recibir a ciudadanos de Guatemala, El Salvador y Honduras expulsados desde Estados Unidos.
El Departamento de Estado, encabezado por Marco Rubio, informó que la prioridad de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con México y otros países de América Latina será detener la migración irregular y negociar acuerdos de repatriación. “Daremos prioridad a la seguridad de las fronteras y a la detención de la migración ilegal”, destacó Rubio.
Con apenas tres días de su nueva administración, Trump deberá comenzar negociaciones con México y otros países de la región para implementar sus políticas migratorias, que ya han generado críticas tanto a nivel nacional como internacional.