LA ENDEBLE SITUACIÓN financiera de Pemex ha comenzado a fracturar la unidad al interior de Morena.
Algunas facciones del partido, vinculadas al sector petrolero, critican ya al segundo piso de la 4T enfatizando una falta de compromiso y sensibilidad para con cientos de pequeñas empresas contratistas.
Apenas ayer le reportamos que la deuda ya bordearía los 700 mil millones de pesos, 300 mil millones de trabajos realizados y acumulados que no están reconocidos porque la petrolera no los ha facturado.
Lo que sí está registrado son aproximadamente 400 mil millones, o unos 20 mil millones de dólares, pero el pasivo sigue creciendo porque los trabajos no se detienen, pese a que muchas empresas ya no tienen gas.
Uno de los primeros en alzar la voz fue el exsenador morenista y ex consejero de Pemex, Rafael Espino, ahora presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC).
Espino exigió pago de deudas y denunció que la administración cerró su sistema de facturación desde hace meses para ocultar el verdadero monto del pasivo, justo lo que mencionamos líneas arriba.
Pero más sorprendente aún fue la postura del senador tabasqueño Óscar Cantón Zetina, quien denunció, de manera alarmista, el despido de más de 30 mil trabajadores del sector petrolero en Tabasco y Campeche.
Además, desde la Comisión de Energía del Senado, exigió la comparecencia urgente del director, Víctor Rodríguez Padilla, para que presente un plan claro de pagos a los proveedores.
Según el legislador, la falta de liquidez ha llevado a muchas empresas a la quiebra, impactando gravemente la economía de su natal Tabasco. Pero también las de Veracruz, Campeche y Tamaulipas.
En Palacio Nacional llamó la atención que el senador, conocido por su lealtad a Andrés Manuel López Obrador, lance duras críticas contra Pemex y exija que se honren los compromisos pendientes.
Este giro ha sido interpretado como un respaldo implícito a la gestión del exdirector de la petrolera, el también tabasqueño Octavio Romero Oropeza, y como un desafío directo a la estrategia actual del gobierno.
Estas posturas reflejan que, a pesar de compartir siglas partidistas, los intereses económicos y políticos dentro de Morena no están completamente alineados y cada vez más a dividirse en facciones.
La crisis de Pemex pone en evidencia que, sin cuentas claras, no hay amistades largas.
EL TEMA DEL Infonavit tiene varias aristas. Más allá de si la intención del gobierno es tener acceso a los 2 billones de pesos de recursos de los trabajadores, también es cierto que el golpe es para la representación del sector obrero, hoy representado por una CTM menguada y donde otros liderazgos, como el de Napoleón Gómez Urrutia y su organización minera, buscan desplazar al gremio que encabeza Carlos Aceves del Olmo. El flamante director del Infonavit, Octavio Romero, se ha convertido en el actor estelar de las últimas conferencias mañaneras y ariete para corresponsabilizar a la representación obrera y, de paso, a la patronal de los casos de corrupción de los últimos años. El mensaje para esos dos miembros del Consejo de Administración es: ¿Dónde estuvieron ustedes? Y a río revuelto ganancia de pescadores, porque la desgracia de Aceves y de Napito la quiere capitalizar Pedro Haces para posicionar a su organización, la CATEM (Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México), como la nueva voz obrera en ese instituto, mientras que el Consejo Coordinador Empresarial desplaza a la Coparmex y a la Concamin. En la exposición de casos de corrupción se vuelve a revivir el expediente de Telra de las familias de Rafael Zaga y Moisés El-Mann. Estos últimos de no muy buen recuerdo para la entonces jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, por el proyecto de Mitikah.
AYER ESTUVIERON EN Palacio Nacional los embajadores y cónsules del país como colofón de la tradicional reunión que a principios de año organiza la Cancillería, en este caso ahora el secretario Juan Ramón de la Fuente. Estuvieron con la presidenta Claudia Sheinbaum, quien los exhortó a hacer una defensa de México de cara a los nuevos tiempos que se vivirán a partir del próximo 20 de enero cuando tome posesión Donald Trump. Llamó poderosamente una ausencia: la del embajador en China, Jesús Seade, quien por motivos personales no asistió ningún día. Es más, no se apareció con todo y la importancia del país asiático que reviste en estos momentos. Le hemos platicado que su nombre está siendo considerado para ocupar una nueva posición relevante. Se habla de la coordinación para revisar y eventualmente renegociar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, una labor que hoy lleva Marcelo Ebrard como secretario de Economía. Su ausencia fue significativa.
TAL CUAL LE hemos venido platicando, Sofia Belmar aceptó ya entrar a la contienda para alcanzar la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE). La egresada del ITAM renunció el año pasado a MetLife y acaba de tomar la dirección de Prudential Seguros. Ese cambio le allanó el camino para ir tras el relevo de Francisco Cervantes. La próxima semana será la primera reunión de la Comisión Ejecutiva del CCE en donde uno de los principales temas será dar el banderazo de salida al proceso electoral. Juan Cortina, que este mes deja el Consejo Nacional Agropecuario, y José Medina Mora, que concluyó en diciembre al frente de la Coparmex, serán sus principales rivales. Tiempo de mujeres.
UN ADELANTO DE lo que podrá ser la contienda por la nueva presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se vivió este lunes. Por tres votos contra uno, el ministro Javier Laynez fue elegido presidente de la Segunda Sala. El voto en contra fue de su contrincante, la ministra Lenia Batres. La sorpresa fue que, de los miembros de la Segunda Sala que dejó el ministro Alberto Pérez Dayán, la también ministra de la 4T, Yasmín Esquivel, votó a favor de Laynez, junto con Pérez Dayán y el elegido. Ausente en la sesión estuvo Margarita Ríos-Farjat, aunque lo más seguro es que hubiera sido el cuarto voto para Laynez Potisek.