Con un homenaje póstumo en el Palacio de Gobierno de Sonora, familiares, amigos y funcionarios despidieron a Samuel Ocaña García, quien fue gobernador del estado de 1979 a 1985. Durante el acto, las cenizas del exgobernador estuvieron presentes mientras se recordó su trayectoria y aportes al desarrollo del estado.
“Constructor del patrimonio sonorense. Transitó con la frente en alto, las manos limpias y los pies en la tierra”, fue el mensaje que presidió el evento en honor al político nacido en Arivechi, Sonora.
Durante la ceremonia, Javier Tadeo Ocaña Encinas, nieto del exgobernador, compartió su biografía, destacando su perseverancia y vocación de servicio. Recordó cómo desde temprana edad Samuel Ocaña priorizó la educación, saliendo de su natal Arivechi para estudiar en el internado Cruz Gálvez de Hermosillo, luego en un internado en Nayarit, hasta obtener una beca para cursar Medicina en el Instituto Politécnico Nacional. Más tarde, regresó a Sonora como director de neumología en Navojoa.
En su carrera política, fue alcalde de Navojoa en 1973 y gobernador en 1979, periodo en el que promovió proyectos emblemáticos como la construcción de la Planta Ford, así como obras de impacto en infraestructura, deporte, salud y educación.
Paulina Ocaña, también nieta del exgobernador y actual jefa de la oficina del Ejecutivo, lo describió como un hombre inmortal por su legado. “Samuel Ocaña vive a través de las instituciones que creó. Nos toca preservar tu legado y seguir tu gran ejemplo”, expresó.
El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, también tomó la palabra, recordando que conoció a Samuel Ocaña en 1980. Destacó su sencillez y su visión política, calificándolo como un adelantado a su tiempo. “Es inevitable pensar en la huella de Samuel Ocaña en la política sonorense. Fue un ejemplo de prácticas políticas éticas y visionarias”, señaló.
La ceremonia incluyó la interpretación de “Sonora querida” por la Banda Sinfónica del Estado, fundada por el propio Ocaña en 1980. Posteriormente, se realizó una guardia de honor y una misa en la Catedral de Hermosillo.