Culiacán, Sinaloa.— Tras cuatro meses del inicio del enfrentamiento entre las facciones del Cártel de Sinaloa conocidas como “Los Chapitos” y “Los Mayitos”, el impacto económico en la región comienza a hacerse visible, con negocios obligados a cerrar y plazas comerciales prácticamente desiertas.
En la Plaza Cuatro Ríos, uno de los desarrollos comerciales más ambiciosos de Culiacán, los locales vacíos y los avisos de cierre temporal o definitivo se multiplican. Tiendas de ropa como PAVI, joyerías y restaurantes de renombre como El Farallón han cesado operaciones.
En uno de los ventanales del restaurante El Farallón, conocido por sus mariscos, puede leerse un mensaje dirigido a los clientes: “Por causas de todos conocidas, hemos decidido cerrar temporalmente nuestro restaurante”.
La situación de Cuatro Ríos es representativa de lo que ocurre en toda la ciudad. Este complejo, inaugurado con una inversión de 4 mil 770 millones de pesos, prometía ser un referente comercial con su área de tiendas, restaurantes, hoteles y los dos edificios más altos de la ciudad, que albergan departamentos con costos superiores a los 12 millones de pesos. Ahora, gran parte de ese sueño está paralizado.
Impacto económico
La violencia desatada entre las facciones del cártel ha causado pérdidas millonarias. Según estimaciones del Colegio de Economistas de Sinaloa, las pérdidas en la economía local superan los 5 mil millones de pesos.
Ante esta situación, el Gobierno de Sinaloa ha intentado mitigar el impacto con apoyos y créditos por un monto total de 140 millones de pesos destinados a pequeños y medianos empresarios, incluyendo algunos negocios informales. Sin embargo, los economistas califican esta cifra como insuficiente frente a las magnitudes del daño económico.
Además, el temor generado por la violencia ha alejado a los consumidores de las plazas comerciales y otras zonas tradicionalmente concurridas. La Plaza Cuatro Ríos, ubicada en el exclusivo fraccionamiento Tres Ríos, es un ejemplo de cómo incluso las áreas más opulentas no han escapado de la inseguridad.
“Narcoguerra” y sus consecuencias
El enfrentamiento entre “Los Chapitos”, liderados por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y “Los Mayitos”, vinculados a Ismael “El Mayo” Zambada, ha dejado una huella profunda en Sinaloa. La guerra por el control del estado ha generado 671 asesinatos y casi 800 desapariciones en cuatro meses, según cifras oficiales.
Este clima de violencia ha sido devastador para las inversiones y el comercio en Culiacán, donde las plazas comerciales y negocios de lujo habían florecido en años recientes. Ahora, muchos propietarios han decidido bajar las cortinas ante el temor de extorsiones, robos y ataques directos.
Perspectivas
Mientras tanto, los esfuerzos del gobierno estatal por reactivar la economía se ven limitados por la falta de recursos y el ambiente de inseguridad. Según analistas, si no se logra contener la violencia y garantizar la seguridad para empresarios y consumidores, la recuperación de Culiacán podría tardar años.
Por ahora, la capital sinaloense vive una crisis económica y social sin precedentes, donde el vacío de sus principales plazas comerciales simboliza el impacto de una lucha que trasciende lo criminal y golpea directamente la vida diaria de la población.