Vamos a ir mejorando, vamos a mejorar en todas las entidades de la República, afirmó ayer la presidenta Sheinbaum ante la pregunta de si México será más seguro en 2025. Ojalá, Presidenta, ¿quién desearía lo contrario? Porque el país es un infierno. Los testimonios sobre cómo las bandas criminales han extendido la extorsión alcanzan cada punto del país. Habrá alguna excepción por ahí, pero la extorsión se multiplica en la geografía, en las áreas de la economía y es más cruel. México vive con secuestros, crudos asaltos en las viviendas, el transporte público para las personas de menos recursos sigue siendo una ruleta rusa. Hoy se viola como en las peores épocas. En los números preliminares (que subirán al consolidarse), la suma de homicidios y feminicidios en 2024 alcanzó la desmesurada cifra de 30 mil 582, 83.7 por día. Repito, dato preliminar. De qué servirá en esa ruina escudarse en la aritmética triste que compara las peras podridas de hace 15 años con las manzanas pútridas de la actualidad. Jugar a paliar el dolor de la gente con estadísticas es propio de las políticas insensibles. ¿Qué porcentaje cura un agravio? La Presidenta dijo también: “Confiamos en nuestra estrategia”. Pues, que así sea.