Ejemplo. Ella ha sido ejemplo para Venezuela, para el mundo. No ha desertado —ni se ha callado— sin importar las amenazas, las presiones y el arresto de sus allegados o el exilio de Edmundo González. El jueves salió de su forzado escondite para protestar y para señalar lo evidente: la dictadura se enquista; esta tiranía no permitió que el verdadero presidente tomara las riendas del país.
El espurio, Nicolás Maduro, rindió protesta ayer. Se envidia. No la situación de ese país sudamericano, obviamente. Mas sí la voz de una Corina en México como parte de los actores críticos al lopezobradorismo, ahora claudismo. Necesitamos en nuestro país a una María Corina dado que aquí la oposición partidista no vale nada o prácticamente nada. Está desdibujada, esfumada, escondida, y muchas veces de forma voluntaria.
Patético, ¿no les parece? Opera un ‘más vale aquí corrió que aquí…’. Una pregunta comienza a cobrar urgencia en México, ¿dónde está nuestra propia Corina? Una que sepa encarar el desafío, sepa señalar los abusos del poder, reconvierta la comparsa clientelar en ciudadanía exigente y de primer mundo, que pueda mantenerse firme en sus convicciones sin importar los chantajes y los dineros con la que busquen sobornarla.
Se me ocurren algunos prospectos, pero no las menciono porque el que surjan y destaquen dependerá de ellas, no de mí. Sugiero que, sin celos, si a alguna de nuestras aguerridas opositoras mexicanas le queda el saco, aprenda de las tablas de Corina Machado. Y las perfeccione, hasta las supere.
Llamemos las cosas por su nombre: la verdadera hazaña y genialidad de María Corina Machado y su equipo fue que, habiendo enfrentado una elección de Estado, no documentaron el fraude; lo que hicieron fue centrarse en acreditar el triunfo. En tener todas las boletas donde la victoria contundente era de González.
¡Vaya que lo hicieron! ¡Nadie, nadie, nadie ha podido desmentir a la oposición en Venezuela!
Con ello, le quitaron a Maduro y todo su grupúsculo la máscara. Partido no democrático es lo que es quienes sostienen a Maduro; a él lo desnudaron como lo que es, un tirano.
Un tirano que dice hablar con pajaritos, escuchar al difunto Hugo Chávez y ha adelantado la Navidad en un intento de que no se siguiera hablando de su robo.
Ello sin olvidar su infantil propuesta de repartir papeletas con las fotos de Felipe Calderón y de Vicente Fox, enmarcados en un “se busca” como si se tratase de una película de bandidos y vaqueros… Se robó la elección y eso se recordará para siempre.
Corina Machado no ha tenido miedo en enfrentar al régimen. No es de ahora, no fue su aparición en la protesta de Callao. Se remonta a los tiempos de Chávez; ella fue la primera en señalar al dictador, en cuestionarle y en mostrar a un régimen podrido que se resiste a desaparecer de la faz de la tierra. Se ha convertido en líder de la oposición al no darse por vencida y mostrar en diversos momentos todas las triquiñuelas de la dictadura; ha estado ahí cada vez que la población le reclama a Maduro.
Lo cual nos trae a México. Un gobierno que no es de izquierda y que ha impuesto reformas todo menos democráticas. Un gobierno que dice ser feminista pero que no ha hecho nada en el plano internacional contra los ultrajes a la libertad sufridos por Corina y los disidentes de aquel otro país.
Cuya presidenta, Claudia Sheinbaum se refiere a ella pero no por su nombre: “Relacionado CON ESTA DIRIGENTE opositora, primero hay que escuchar bien la información, creo que ella va a dar una conferencia de prensa el día de hoy para saber qué es lo que pasó.” Que tampoco ha apoyado a la oposición venezolana aun cuando esta tiene las actas del cómputo electoral que avalan el triunfo de González y el camino que se autodictó el pueblo venezolano.
Aquí hubo noventa millones de mexicanos que no concordaron enteramente con el movimiento de AMLO y con quienes ahora lo dirigen, conducen y encabezan, pero no una oposición articulada que detuviera la locura. Noventa millones de mexicanos que no votaron por Morena saben protestar —y eso a veces— , ¿pero podrían, sabrían, secundar a una Corina versión mexicana? A alguien que una fuerzas y voluntades de manera realmente democrática, progresista y honesta.