¡SHHH… NO HAGAN RUIDO! No vayan a despertar a Rosario Piedra Ibarra. Todo indica que la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sigue durmiendo el sueño navideño, pues no ha dicho ni pío sobre la polémica reforma que amplía la prisión preventiva oficiosa.
ACÁ, la reelecta presidenta Piedra confirma con su mutismo los peores temores sobre ella: que está en la CNDH para proteger al gobierno, no a las personas.
AYER ESTUVO en Cuernavaca, no para tomar el sol, sino para reunirse con el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el obispo de aquella ciudad, Ramón Castro. Y ahí el embajador pidió incluir a la Iglesia Católica en el diálogo nacional.
CALIFICÓ COMO “fundamental” que gobernantes y prelados se acerquen para apoyar los trabajos por la paz en México. A ver si esta sugerencia no le cuesta volver a ser apedreado en la conferencia mañanera.
A LAS OFICINAS de los gobernadores del país han comenzado a llegar correos enviados por el mismísimo Mario Delgado, pidiéndoles un favorcito. Aunque no es de su competencia, el titular de la SEP anda promoviendo una campaña contra el fentanilo.
Y AUNQUE EL TEMA puede sonar noble, la ejecución dicen que resulta poco atractiva. ¿La razón? Que los “artes” que envió Delgado para que sean exhibidos en anuncios espectaculares están hechos muy al aventón.
QUIENES LOS HAN VISTO dicen que parece un trabajo amateur, en el que ni siquiera se utilizaron fotografías reales, sino imágenes creadas con inteligencia artificial, cuya calidad, digamos, deja mucho que desear.
SI LA IDEA es convencer a jóvenes de que estudien para que no hagan un trabajo tan deficiente, están bien los anuncios. Pero si la idea es evitar que se enganchen con la droga, puesss…
HOY IBAN a llegar los Reyes Magos, pero se tendrá que posponer el festejo porque a Melchor lo detuvo una patrulla de Cuautitlán Izcalli y no lo deja ir porque no acepta incienso como mordida. A Gaspar lo asaltaron cuando circulaba por Circuito Interior, dejándolo sin el oro y sin el camello. Y a Baltasar le tocó la mala suerte de encontrarse con un montachoques que le abolló el elefante y le robó la mirra, la corona y hasta la rosca.