NUEVA ORLEANS.- Un atropello masivo ocurrido este 1 de enero dejó 15 muertos y decenas de heridos, convirtiéndose en el ataque más mortífero de este tipo en la historia de Estados Unidos. Según el FBI, el autor, identificado como Shamsud-Din Jabbar, un veterano del ejército de 42 años, portaba una bandera del Estado Islámico (ISIS) en su camioneta eléctrica, una Ford F-150 Lightning.
El ataque tuvo lugar en la concurrida calle Bourbon, conocida como un epicentro del turismo y celebraciones en Nueva Orleans. Jabbar habría difundido videos en redes sociales horas antes, declarando su apoyo al ISIS y expresando intenciones violentas. Autoridades no descartan que Jabbar tuviera cómplices, ya que imágenes de cámaras de seguridad muestran a varias personas aparentemente involucradas en la colocación de un artefacto explosivo relacionado con el ataque.
LAS VEGAS.- Horas después del atentado en Nueva Orleans, un Tesla Cybertruck explotó frente al Trump International Hotel en Las Vegas. Aunque el único fallecido fue el conductor del vehículo, la explosión dejó siete heridos leves y generó especulación sobre una posible conexión con el ataque en Luisiana.
El presidente Joe Biden señaló que ambas investigaciones están en fases preliminares y pidió evitar conclusiones precipitadas. Sin embargo, el hecho de que ambos vehículos fueran eléctricos, alquilados a través de la misma plataforma (Turo), y que los conductores tuvieran antecedentes militares ha despertado inquietud entre las autoridades y la opinión pública.
Por su parte, Elon Musk, dueño de Tesla, aseguró que la explosión fue causada por un artefacto externo y no por un fallo del vehículo. En redes sociales, Musk destacó que el diseño del Cybertruck contuvo la explosión y evitó mayores daños, calificando el incidente como un intento fallido de ataque.
Reacciones políticas y de seguridad
El presidente electo Donald Trump, quien tomará posesión el próximo 20 de enero, reaccionó rápidamente en su plataforma Truth Social. Sin esperar confirmación sobre la identidad del atacante de Nueva Orleans, Trump relacionó el incidente con la inmigración y culpó a la administración Biden por la falta de seguridad.
Tras conocerse que el atacante era un ciudadano estadounidense nacido en Texas, Trump no rectificó y volvió a culpar a las “fronteras abiertas” y a los “demócratas corruptos”. Trump también mencionó la necesidad de involucrar a la CIA y aseguró que solo con un liderazgo fuerte se podrá detener la “erosión de la seguridad nacional”.
El atentado de Nueva Orleans, si se confirma su carácter islamista, sería el más letal desde la masacre de Orlando en 2016, cuando un ciudadano estadounidense de origen afgano mató a 49 personas en una discoteca. Mientras tanto, la explosión de Las Vegas sigue siendo investigada como un “incidente aislado” sin vínculos claros con el terrorismo internacional, según el sheriff de Las Vegas, Kevin McMahill.
Impacto en el contexto político
Ambos incidentes ocurren en un momento clave, durante la transición entre la administración de Joe Biden y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La retórica de Trump y sus planes para reforzar la seguridad nacional podrían influir significativamente en las semanas previas a su toma de posesión.
Con las investigaciones aún en curso, estos hechos destacan la complejidad del panorama de seguridad en Estados Unidos y reabren el debate sobre cómo manejar las amenazas internas y externas.