Los hijos de Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y diputado de Morena, han incursionado en el negocio inmobiliario en Baja California Sur, donde están construyendo un emporio en conjunto con el abogado Marco Antonio del Toro.
La relación entre la familia del líder sindical y Del Toro, quien desde hace años ha fungido como su defensor legal, ha levantado sospechas debido a un posible esquema de conflicto de interés o prestanombres. Según una investigación publicada en 2022 por Grupo Reforma, Del Toro habría recibido millones de pesos desde las cuentas del sindicato minero, lo que ahora se entrelaza con los negocios inmobiliarios que comparte con los hijos de Gómez Urrutia.
Propiedades de lujo en zonas exclusivas
El emporio inmobiliario incluye una mansión de playa valuada en más de 37 millones de pesos, terrenos en desarrollos turísticos y un alojamiento de lujo en Baja California Sur, una de las zonas más exclusivas para este tipo de inversiones en México.
El financiamiento de estas propiedades ha despertado cuestionamientos debido a que, mientras el sindicato minero destina recursos millonarios para el pago de los servicios legales de Del Toro, el abogado también aparece vinculado como socio en los negocios de los hijos del líder sindical.
Posible esquema de conflicto de interés
La relación financiera entre el sindicato, los Gómez Urrutia y Del Toro ha generado dudas sobre la transparencia en el manejo de los recursos sindicales. Los vínculos entre las partes podrían estar configurando un esquema en el que los fondos del sindicato se utilicen para beneficiar a los hijos del líder sindical, disfrazados como transacciones legales o inversiones inmobiliarias.
Hasta el momento, ni Napoleón Gómez Urrutia ni Marco Antonio del Toro han ofrecido declaraciones públicas que aclaren el origen de los recursos o las condiciones del acuerdo empresarial.
Sospechas previas
En 2022, la nota de Grupo Reforma reveló que Del Toro recibió importantes sumas de dinero desde las cuentas del sindicato minero. Aunque dichas transacciones fueron justificadas como pagos por servicios legales, el surgimiento de estos negocios inmobiliarios con la familia del líder sindical alimenta las sospechas de que podrían ser parte de un esquema irregular.
El sindicato minero, liderado por Gómez Urrutia, ha sido señalado en varias ocasiones por el manejo discrecional de sus recursos. En este contexto, las inversiones inmobiliarias en Baja California Sur vuelven a poner bajo escrutinio el uso de los fondos sindicales y la relación de Gómez Urrutia con sus colaboradores más cercanos.