Culatas desgastadas, guardamanos oxidados y cañones despintados son características recurrentes del armamento asegurado en Sinaloa por fuerzas federales durante los operativos realizados en el contexto de la disputa interna entre Los Chapitos y La Mayiza, dos facciones del Cártel de Sinaloa.
A lo largo de enero, el gabinete de seguridad federal reportó el decomiso de 178 armas largas, 33 armas cortas, 13 ametralladoras, 11 granadas, 4 lanzagranadas, 4 fusiles Barret, más de 40 mil cartuchos y 384 explosivos improvisados. Sin embargo, las fuentes de inteligencia consultadas por MILENIO destacaron que parte del arsenal confiscado, especialmente el que pertenece a Los Chapitos, se encuentra en condiciones deterioradas, reflejo del prolongado conflicto que afecta al estado.
Los operativos han tenido lugar principalmente en Culiacán, aunque también se han reportado aseguramientos importantes en Mazatlán, Escuinapa, Costa Rica, San Ignacio, Elota, Concordia y Mocorito. A pesar de la magnitud de las incautaciones, las autoridades no han confirmado a qué facción pertenece el armamento asegurado.
Por otro lado, la proximidad de Sinaloa al corredor fronterizo entre Sonora y Arizona, identificado por la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) como una de las principales rutas de tráfico de armas hacia México, enciende las alarmas de las autoridades ante la posibilidad de que ambos bandos en disputa reabastezcan sus arsenales. Entre 2022 y 2023, el ATF rastreó el ingreso de 1,618 armas a través de este cruce, de un total de 18 mil rastreadas a nivel nacional.
En contraste, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha consolidado su poder armamentístico en México. Desde el uso de drones de ataque, explosivos improvisados y rifles Barret, hasta un arsenal que incluye armamento pesado como lanzacohetes RPG-7, la organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, se posiciona como el grupo criminal con mayor capacidad bélica en el país.
A diferencia de Sinaloa, donde el CJNG no tiene presencia, esta organización mantiene enfrentamientos con el Cártel de Sinaloa en estados como Chiapas, Zacatecas, Guanajuato, Puebla y Quintana Roo, y continúa expandiéndose en busca del control de nuevas plazas.
Analistas como David Saucedo señalan que la ruptura interna en el Cártel de Sinaloa favorece indirectamente al CJNG, que no solo acumula armamento, sino que también busca reforzar su posición como la organización delictiva más poderosa del país.
Mientras tanto, la violencia derivada del conflicto entre Los Chapitos y La Mayiza, sumada a la constante lucha de poder entre los principales cárteles del país, sigue cobrando vidas y alterando la seguridad en diversas regiones de México.