Hay frases que pintan un universo. Está la que soltó ayer el fiscal de Tabasco, José Barajas, afuera del penal de Villahermosa después de un motín de presos. “Solamente dos personas han fallecido”, dijo ante la desesperación de los familiares, solamente dos. Agregó como segundo consuelo: “Ustedes son testigos de que yo no he pasado, estoy tratando de acercarles la información, entiendo su dolor, entiendo su frustración, pero necesitamos guardar la calma”. La usura de la palabra, la reiteración del horror. Solamente dos personas han fallecido. Villahermosa es una panorámica de tiendas quemadas, autos carbonizados, sufrimiento. Uno pensaría, con ingenuidad, que esta ciudad, que este estado, el de López Obrador y Adán Augusto; uno pensaría que algo ejemplar se habría hecho aquí. No, no se hizo. Como en el resto de México, se regaló dinero a la gente, qué bueno, y se abandonó a esa gente en las manos de los criminales, qué tragedia. En las cifras oficiales, Tabasco registró 271 homicidios en 2023, al décimo mes de 2024 contaba ya 736, solamente, diría el fiscal Barajas. Alto al Secuestro apuntó 19 víctimas en la entidad en 2022, en noviembre de éste marca 54. Solamente 54.