Con un mensaje claro para evitar divisiones en el movimiento, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo desactivó el enfrentamiento público entre los coordinadores de Morena en el Congreso, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila, quienes protagonizaron un conflicto por presuntos contratos millonarios en el Senado.
El sábado 14 de diciembre, Sheinbaum instruyó a la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Rosa Icela Rodríguez, a mediar en el pleito y convocar a ambos líderes a una reunión en Palacio Nacional, donde la mandataria insistió en la importancia de la unidad y el trabajo coordinado en esta nueva etapa de la Cuarta Transformación.
De acuerdo a los asistentes, Sheinbaum Pardo hizo “una reflexión amable, a nadie le reclamó, y tampoco a nadie le llamó fuerte la atención, y reiteró que no es correcto, no es conveniente, porque cada uno tiene su espacio, su función”.
“Quiero que haya unidad, lo que está en juego es muy importante, apenas va comenzando el segundo piso de la Cuarta Transformación, yo los necesito a los dos y ahorita es el momento de mantener estrecha la unidad”, apuntó.
Según los asistentes, “ella fue muy cuidadosa y reflexiva”.
Una reunión sin confrontaciones
El encuentro se llevó a cabo el lunes 16 de diciembre en Palacio Nacional. Ricardo Monreal llegó solo y por una puerta lateral, mientras que Adán Augusto López arribó por la entrada principal acompañado de Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, e Ignacio Mier Velazco, vicecoordinador de Morena en la Cámara de Diputados.
Aunque las tensiones entre los asistentes eran evidentes, la reunión se desarrolló sin gritos ni reproches directos. Según los presentes, Sheinbaum tomó un tono conciliador y reflexivo, desestimando la existencia de los contratos señalados por López Hernández, pero llamando la atención sobre el daño que las disputas públicas podrían causar al movimiento.
“Ni lo sé ni me interesa si esos contratos existan. Lo que está mal es la forma en que se hizo público. Eso lastima la unidad y no es lo correcto”, expresó la mandataria, mirando al coordinador de Morena en el Senado.
Sheinbaum subrayó la importancia de mantener el enfoque en la consolidación de la Cuarta Transformación, afirmando que “apenas va comenzando el segundo piso del proyecto” y que necesita el apoyo de ambos líderes para avanzar.
Respuestas conciliatorias
Tras escuchar el llamado de Sheinbaum, ambos coordinadores respondieron en sintonía con el mensaje presidencial. Adán Augusto López aseguró: “Hago caso a su llamado, presidenta, lo atiendo y de inmediato”, mientras que Monreal Ávila agregó: “Me parece oportuno el llamado de la presidenta y también lo atiendo”.
La reunión concluyó con un apretón de manos entre los dos líderes legislativos y la presencia de Rosa Icela Rodríguez para la fotografía oficial, que buscó enviar un mensaje de unidad hacia el exterior.
El conflicto: “dos negocitos añejos”
El enfrentamiento comenzó la semana pasada, cuando Adán Augusto López denunció en tribuna la existencia de “dos negocitos añejos” en el Senado por un valor de 150 millones de pesos, y adelantó que presentaría denuncias penales. En respuesta, Monreal acusó a sus correligionarios de lanzar “infundios y perversiones” en su contra, asegurando que el escándalo no era más que un “teatro que se va a caer”.
Ante la creciente tensión, Sheinbaum actuó rápidamente para sofocar las diferencias y garantizar que las disputas no desviaran la atención del proyecto transformador.
La política de la unidad
En privado, Sheinbaum reiteró la importancia de trabajar en equipo y evitar cualquier tipo de fractura que pudiera dañar la imagen de Morena o debilitar el avance de las reformas legislativas. “Lo que está en juego es muy importante”, subrayó.
Fuentes cercanas al encuentro indicaron que la presidenta concluyó la reunión pidiendo que se dejara el pleito atrás. “Yo no puedo salir, pero sal tú (a Rosa Icela) y tómense una foto. Pongamos punto final a esto”, habría dicho Sheinbaum antes de despedirse de los asistentes.
Con este episodio cerrado, Morena busca proyectar unidad interna mientras continúa impulsando las reformas clave de la administración Sheinbaum en el Congreso. Sin embargo, el conflicto dejó en evidencia las tensiones latentes entre los diferentes grupos dentro del partido y los retos que enfrenta el movimiento para mantener la cohesión en esta nueva etapa.