La FIL de Guadalajara fue el escenario donde la periodista Anabel Hernández soltó un verdadero torpedo contra el poder en México, y nadie se salvó, ni López Obrador.
Frente a un público expectante, presentó su libro “La historia secreta” y lo que ahí compartió dejó helados a muchos: acusó a AMLO de recibir dinero del Cártel de Sinaloa desde sus primeras campañas presidenciales.
Y no sólo eso, también de haber pavimentado el camino para que el crimen organizado penetrara hasta la médula del Estado.
La imagen no puede ser más provocadora: el presidente que prometió acabar con la mafia del poder, habría surgido con el padrinazgo del narco.
Anabel habla de un país sumido en una “hipnosis colectiva”, como si los mexicanos estuvieran drogados por una narrativa oficial que oculta la realidad.
Asegura que las “mañaneras” son manantiales de mentiras, mientras los medios, alineados, ayudan a mantener la farsa. En esta versión de las cosas, el narco no sólo compró candidatos, también silenció conciencias y anestesió a la sociedad.
La periodista detalla que Morena y el cártel habrían tejido un entramado de complicidades a lo largo de varias elecciones. Cárteles como el de Sinaloa—la familia Beltrán Leyva, El Chapo, El Mayo— habrían financiado las campañas de 2006, 2012 y 2018 de López Obrador.
También apunta a las redes de corrupción que implican a funcionarios cercanos, gobernadores morenistas y hasta a Claudia Sheinbaum, señalando que su campaña, la llamada heredera del obradorismo, también habría recibido apoyo de los mismos criminales.
Así, la 4T se revelaría como un “caballo de Troya” del crimen organizado. La lógica de “abrazos, no balazos” cobra otro sentido: no es política humanitaria, sino impunidad pactada con capos.
Hernández afirma que la DEA, el Departamento de Justicia de Estados Unidos y testimonios directos de narcos colaborando con la justicia norteamericana respaldan su investigación. Además, denuncia que las elecciones en estados clave fueron manipuladas por el cártel.
Habla de una alcaldesa que tenía la bendición del Mayo Zambada y de gobernadores que llegaron al poder con el padrinazgo criminal. Todo ello mientras el gobierno simulaba una guerra contra el narco, cuando en realidad—según su relato—el narco era el socio oculto en el poder.
La acusación no es sólo contra AMLO.
La autora también sostiene que los gobiernos anteriores—Fox, Calderón, Peña Nieto—estaban metidos en el mismo lodazal, pero AMLO se distingue por la desfachatez, por legitimar a los cárteles, por “normalizar” el saludo a la madre de El Chapo, por liberar a Ovidio Guzmán, por permitir que el fentanilo envenene las calles mientras se niega la crisis a toda costa.
Ya no se trata de corrupción a escondidas.
Es un cinismo a plena luz del día.