La 4T ha demostrado que a la hora de fichar conversos no le hace el feo prácticamente a nadie. ¿Pero puede considerarse a Jorge Luis Lavalle un converso, o un traidor, como los Yunes? Los hechos indicarán que no. El exsenador Lavalle rompió con el PAN en 2018 y lo expulsaron del partido. Luego fue acusado de corrupción en el caso Lozoya, lo encarcelaron en abril de 2021 y en septiembre de 2022 obtuvo el beneficio de seguir en libertad el proceso por supuestos sobornos. “Muchos huyeron, yo me quedé a defender mi nombre e inocencia porque las acusaciones son falsas”, me dijo ayer, horas después de que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, lo designara secretario de Desarrollo Económico. Asumió el cargo con un localizador de pulsera. “La invitación de la gobernadora es casi una bendición, me permite regresar a mi tierra, regresar a trabajar y hacerlo en lo que me apasiona”, puntualizó. “Es una oportunidad que no voy a desaprovechar. La agarro con responsabilidad y mucho orgullo. Estoy muy agradecido con la gobernadora”. ¿Quién le tirará a Lavalle la primera piedra, Marko Cortés, Ricardo Anaya? Nada se le ha probado y en vez de huir, aquí estuvo, aquí está.