En noviembre pasado, una serie de cateos realizados por la Secretaría de Seguridad de Morelos condujo a la captura de Jaime Bahena Landa, La Parka, jefe de halcones en Puente de Ixtla e involucrado con el intento de extorsión que llevó a Coca Cola a suspender indefinidamente sus operaciones en el sur del estado.
La Parka se había postulado como primer regidor de Amacuzac, por el PT, en las elecciones pasadas. Su captura provocó que el jefe regional de la Familia Michoacana, Luis Gómez Gómez, El Kalimán, huyera del estado para refugiarse en Buenavista de Cuéllar, Guerrero.
Sin embargo, la estructura criminal de La Familia Michoacana continúa operando en el municipio, prácticamente sin cambios.
La Parka obligaba a comerciantes y empresarios a adquirir sus productos en la empresa La Gaviota, que él controlaba. Era el gran distribuidor de carne de cerdo, harinas y materias primas entre otros productos.
Hace tres meses, la Familia Michoacana convocó a los vendedores de materiales de construcción para imponerles nuevas tarifas. La reunión estuvo escoltada por unos 30 sujetos fuertemente armados. El precio de los materiales de construcción subió hasta en 30%.
Pero algunos negocios comienzan a cerrar a consecuencia del cobro de piso. Halcones del grupo criminal vigilan sus ventas e incluso han sido colocados como empleados, de acuerdo con denuncias que se han hecho llegar a esta columna:
“Cada vez es peor. Las extorsiones ya son desquiciantes”.
Las redes de extorsión a negocios y comercios abarcan Tilzapotla, Jojutla y Tehuixtla. En Tilzapotla “nadie entra sin ser sometido a revisión o bajo la vigilancia de los criminales”, denuncian. “Nos dicen que nadie va a robarnos ni a molestarnos. Pero es como pagar otro impuesto”.
En la localidad de El Estudiante, formada por más de dos mil personas, los pocos negocios se encuentran ya bajo cobro piso. Hace un mes fueron “levantadas” siete personas, entre ellas un tendero al que el desbordamiento del río Amacuzac, a causa de las lluvias de septiembre pasado, había dejado prácticamente sin mercancía.
Como no pudo pagar, se lo llevaron.
En ese mismo sitio, los criminales anunciaron hace unas semanas que iban a cobrarle a los vecinos una cuota por el suministro de agua. No solo les cortaron el flujo durante varios días: también se llevaron una bolsa de cien mil pesos que estaba destinada a reparaciones y eventualidades del equipo de bombeo.
“Negocios cierran y al que no le entra, lo levantan. Los siete de El Estudiante no aparecen. La policía municipal no existe: se dedica a detener borrachos y a ‘morder’ motociclistas. El control de todo los sigue teniendo la Familia Michoacana”, afirman.
La inseguridad es tal, que en Puente de Ixtla las grandes tiendas amenazan con reducir sus horarios de venta.
En septiembre pasado se compartieron en redes sociales imágenes de los camiones de Coca Cola que luego del secuestro de varios repartidores se iban del municipio. La Familia michoacana le había enviado a FEMSA el mensaje de que a partir de ese momento el grupo criminal iba a encargarse de la distribución del producto.
Se llevó el asunto a la mesa de seguridad, pero el gobierno del estado, entonces en manos de Samuel Sotelo, suplente de Cuauhtémoc Blanco, no prestó atención alguna.
Tras la llegada de las nuevas autoridades estatales, se acaba de anunciar que Coca Cola volverá a trabajar de manera directa en el municipio y que el almacenamiento de producto mayorista en su centro de distribución se ha reanudado.
La Secretaría de Seguridad de Morelos, la Guardia Nacional y la Sedena han acompañado sin incidente alguno la distribución de productos en los municipios de Coatetelco, Mazatepec, Miacatlán, Jojutla, Amacuzac y Temixco.
Pero la seguridad no llega aún a los ciudadanos:
“Estamos desesperados y cada vez es peor”.