Enrique de la Madrid Cordero, exsecretario de Turismo y uno de los nombres más reconocidos en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), anunció su renuncia al partido tricolor este martes, argumentando que ya no encuentra un espacio en la institución para seguir influyendo en la política nacional.
“Después de una reflexión muy amplia, he llegado a la conclusión de que termina mi ciclo en el PRI”, declaró durante una entrevista en el programa radiofónico de Joaquín López-Dóriga. El también hijo del expresidente Miguel de la Madrid (1982-1988) señaló que su decisión está motivada por su intención de contribuir al diálogo y disminuir la polarización que afecta al país.
“Si quiero seguir pesando, influyendo y contribuyendo a un diálogo constructivo entre mexicanas y mexicanos, tengo que cambiar de espacio. Esta polarización nos está haciendo mucho daño, y yo quiero ser parte de las soluciones”, expresó el político.
La reacción del PRI no se hizo esperar. Manuel Añorve, coordinador del partido en el Senado, calificó la renuncia como “inaceptable” y señaló que De la Madrid debería ser agradecido por los múltiples cargos y beneficios que obtuvo bajo administraciones priistas.
“Es muy difícil aceptar una renuncia de alguien que tanto le debe al PRI, desde su entorno familiar hasta los cargos que ha desempeñado. Tendrá sus razones, pero no las comparto”, expresó Añorve, quien aseguró haberse enterado de la noticia a través de los medios.
Por su parte, la dirigencia priista también lanzó críticas contra De la Madrid, señalando que su decisión refleja una falta de compromiso con el partido que lo impulsó políticamente.
Enrique de la Madrid se desempeñó como secretario de Turismo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, etapa en la que México consolidó su posición como uno de los principales destinos turísticos del mundo. Además, fue director general de Bancomext y diputado federal.
La renuncia de De la Madrid se suma a una serie de salidas recientes de figuras destacadas del PRI, en un contexto donde el partido enfrenta divisiones internas y una reducción significativa de su influencia política en el panorama nacional.