En los últimos años, los cárteles mexicanos, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel de Sinaloa, Los Viagras, Los Caballeros Templarios, La Nueva Familia Michoacana y El Cártel de Tepalcatepec, han recurrido al uso de drones cargados con explosivos como una de sus armas más letales para enfrentar a sus rivales y sembrar el terror en las regiones bajo su control. Esta nueva forma de guerra, especialmente en la Tierra Caliente de Michoacán, ha causado nueve muertes de militares este año, víctimas de ataques de “narcodrones” y “narcominas”.
Las organizaciones criminales adquieren y modifican diversos tipos de drones para realizar bombardeos y misiones de vigilancia en los estados de Michoacán, Guerrero, Jalisco y Guanajuato. Entre los más utilizados se encuentran los modelos M-30T, que cuentan con tecnología de cámara de alta resolución, capacidad infrarroja, y un sistema que permite lanzar explosivos de gran poder desde el aire. Estos drones, cuyo costo ronda los 200 mil pesos, se compran sin restricciones en plataformas de comercio electrónico, lo que facilita su acceso para los grupos criminales.
En algunas regiones, los cárteles también utilizan drones agrícolas y modelos más económicos, que se compran en mercados comerciales sin una regulación estricta, lo que ha permitido a los criminales utilizarlos para lanzar artefactos explosivos contra viviendas, vehículos e inmuebles donde se encuentren sus enemigos.
El CJNG, pionero en la guerra con drones
Fuentes del gabinete de seguridad federal han confirmado que el CJNG es uno de los grupos más innovadores en el uso de drones cargados de explosivos. El cártel ha formado un grupo especializado de “droneros”, entrenados para operar estos artefactos y llevar a cabo ataques contra sus rivales, como Los Caballeros Templarios y el Cártel de Tepalcatepec. Además, en la zona limítrofe entre Jalisco y Michoacán, los drones se combinan con minas terrestres para crear un doble frente de ataque.
Guillermo Valencia Reyes, expresidente municipal de Tepalcatepec, ha denunciado que en Michoacán se está librando una auténtica “guerra de drones”, cuyo impacto ha causado el desplazamiento forzado de miles de personas, además de sembrar un gran temor en la población. Según Valencia Reyes, los drones han tenido un efecto más focalizado sobre los cárteles rivales que las minas, aunque estas últimas siguen siendo una amenaza significativa, ya que los civiles son los más afectados por ellas al caminar sin saber que se encuentran en una zona minada.
Entrenamiento de mercenarios extranjeros
El expresidente también destacó que, desde hace más de un año, exmilitares colombianos y ex-kaibiles guatemaltecos (miembros de fuerzas especiales de Guatemala) están operando en la región de la Tierra Caliente, adiestrando a los cárteles locales, como Los Viagras y el CJNG, en el uso de drones y en la colocación de minas. Según Valencia Reyes, más mercenarios extranjeros que michoacanos operan en estos cárteles, lo que refleja la adopción de tácticas de guerra altamente especializadas por parte de los grupos criminales.
Impacto y terror en la población
El uso de drones y minas en la región ha sido calificado por expertos como un acto de narcoterrorismo, cuyo objetivo es generar terror y control en la población civil. Mientras los enfrentamientos entre cárteles son constantes, los civiles sufren las consecuencias de estos ataques, siendo víctimas de muertes y lesiones por los explosivos lanzados desde los drones. Valencia Reyes resaltó que, aunque los militares han sido víctimas de las minas, la mayoría de las víctimas de los drones son personas comunes, que no saben que están entrando en áreas minadas o que se encuentran bajo amenaza de un ataque aéreo.
Reacción del gobierno federal
Ante el aumento de ataques con drones cargados de explosivos, el Ejército Mexicano ha comenzado a adquirir tecnología especializada para contrarrestar este tipo de armamento. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha informado sobre un plan de protección para los soldados desplegados en zonas de alta conflictividad, como la Tierra Caliente, donde los grupos criminales continúan utilizando aeronaves no tripuladas para atacar y sembrar el miedo entre la población y las fuerzas de seguridad.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, tanto local como federal, Guillermo Valencia Reyes señaló que es urgente que se regule con mayor eficacia el mercado de drones y sus componentes para evitar que los cárteles continúen con la adquisición de estos artefactos sin ningún tipo de restricción.
Esta nueva modalidad de guerra aérea está transformando el panorama de la violencia en México, con un incremento de ataques cada vez más sofisticados y devastadores, mientras la lucha por el control del territorio y las rutas del narcotráfico continúa intensificándose.