Fue repatriado a México el narcotraficante Osiel Cárdenas y fue encarcelado en el penal del Altiplano. Osiel ha sido uno de los criminales más violentos de la historia y el responsable directo de un salto en la violencia criminal desde fines de los años 90, con la ruptura de todos los códigos, de las débiles reglas del juego que las mafias tenían hasta que su incursión de la mano de los Zetas, que comenzaron siendo un grupo para su custodia personal, detonó todo el escenario criminal.
Osiel Cárdenas fue extraditado a inicios de 2007 y había quedado en libertad después de una condena de 17 años, increíblemente indulgente para un hombre que cometió miles de crímenes terribles en México. Se supone que colaboró con las autoridades estadunidenses e incluso les regresó 50 millones de dólares. Puede ser que haya colaborado, pero a quienes lo detuvieron en México los persiguió con saña.
El hombre que fue clave para la persecución y la detención de Osiel, y que participó directamente en su extradición en enero del 2007 a Estados Unidos, fue José Luis Santiago Vasconcelos, un notable zar antidrogas de México, que logró detenerlo con el apoyo del Ejército mexicano. José Luis fue perseguido de todas formas por los Zetas, sufrió atentados él, su familia, sus hijos, sus principales colaboradores, vivió con una durísima custodia militar hasta que dejó la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada buscando llegar a la Suprema Corte, porque entendía que se necesitaba en el máximo tribunal tener una visión realista de lo que era y significaba el crimen organizado en nuestro país. No lo tuvimos y creo que en el futuro inmediato tampoco lo tendremos.
Pero José Luis no lo logró. Después de ordenar la extradición de Osiel Cárdenas y otros poderosos narcotraficantes a Estados Unidos, Santiago Vasconcelos –que en ese momento era asesor para la reforma del Poder Judicial de Juan Camilo Mouriño, entonces secretario de Gobernación– murió junto con Juan Camilo y otros funcionarios de Gobernación en ese siempre extraño accidente de aviación que les sesgó la vida el 4 de noviembre de 2008. Muchos hemos pensado, quizás con razón, que aquello no fue un accidente.
Más allá de eso, durante su detención en México, Osiel supo manipular muy bien el sistema penal y de justicia para seguir manejando su organización criminal desde el penal del Altiplano, donde estaba recluido y a donde ahora ha regresado. Hace muchos años, en 2005, publicamos aquí los mensajes para sus subordinados encontrados en una casa de Metepec, escritos por el propio Osiel, que especificaba las instrucciones a seguir en el caso del penal de La Palma (toda la historia la puede encontrar en el libro De los Maras a los Zetas, que publicamos en Planeta junto con Víctor Ronquillo en 2007).
Allí el jefe del Cártel del Golfo ordenaba: “1) construir una guardería tipo Jungla Gym afuera de Almoloya; 2) médico para todos los internos de la misma empresa según sus necesidades del interno, como ejem: ceralim, pharmaton u otro tipo de medicamento que urge los que están mal; 3) buscar un exmilitar abogado y contratarlo para el buffet como licenciado pero no tener contacto con los internos, únicamente jurídicos y escritos; 4) conseguir todos los libros, manuales, leyes, derechos humanos, servicios militares y sacarles copias como prueba, documentar que obren en altos no se pierde nada, al contrario sirve para atraer con sus mismas leyes ‘P30’ legislación militar, etcétera. La mayoría fuimos detenidos por militares; 5) solicitar los folletos de derechos humanos internacional; 6) solicitar los trípicos de derechos humanos en México; 7) reglamento nuevo del Cereso, Diario Oficial de la Federación 15 de enero del 2004”. El texto concluye con una reflexión: “la gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de la gente”.
La idea era controlar a través de la coacción y el apoyo: de la utilización de las propias leyes en su beneficio y de la extensión de la corrupción a todos los niveles. Osiel logró politizar, con desplegados y entrevistas, como no lo había hecho nunca antes un narcotraficante preso, porque asumió que de esa forma fortalecía sus posiciones y sus posibilidades de control dentro y fuera del propio penal.
El propio Osiel Cárdenas, en otro de los escritos decomisados en aquella casa de Metepec ordenaba a su gente fuera del penal (se respeta el texto original): “recados pendientes: 1.- que le digas a 14 (se supone que se trata del jefe de los Zetas) que la gente que hande en Laredo si es gente de El Chapo o Arturo Beltrán que les den piso (o sea que los maten). 2.- que le digas a 14 que le cobre a papa lo de TXArturo (se trata del jefe de la banda de Los Texas, con fuerte presencia en Nuevo Laredo) porque ya es mucho tiempo. 3.- que le digas al conta que mande 100 mil dólar para el vecino 1 Benja (se supone que se trata de su nuevo aliado, Benjamín Arellano Félix). 4.- Pablo habla con el sr de la casa de Mcallen para que se apure con los papeles. 5.- hablar con la sr Celia que los quiere mucho y que le hechen muchas ganas. 6.- hablar con el cuñado para ver qué pasó con eso que no llegó lo que yo les entregué”.
Así controlaba en aquellos años Osiel Cárdenas el penal del Altiplano y desde allí dirigía a su organización. Su extradición a Estados Unidos rompió esa red y terminó rompiendo también al Cártel del Golfo, del que se desprendieron los Zetas para convertirse en una organziación independiente que se alió con los Beltrán Leyva para combatir al Cártel de Sinaloa. Su regreso no deja de tener un aroma de déjà vu imposible de ignorar.