Desde el pasado 9 de septiembre, Culiacán, Sinaloa, ha experimentado un drástico cambio en su dinámica diaria, atrapada en una ola de violencia que ha dejado cientos de desaparecidos, asesinatos y profundas afectaciones económicas y sociales. La ruptura entre las facciones del Cártel de Sinaloa, conocida como La Chapiza y La Mayiza, ha desatado una batalla abierta que mantiene a la ciudad en constante tensión.
A los pies de la Catedral de Culiacán, Rosa Lidia Félix Camacho, una ama de casa de 56 años, lleva más de un mes en huelga de hambre exigiendo justicia y el regreso con vida de su hijo, Jesús Tomás Félix Félix, desaparecido el 31 de octubre.
“Por favor, tengan piedad del dolor que tenemos. Se los pido con el alma destrozada”, clama Rosa Lidia, debilitada pero firme en su lucha. Su hijo, de 28 años, es uno de los más de 500 desaparecidos reportados desde septiembre, cuando recrudecieron los enfrentamientos entre las facciones delictivas.
Una ciudad sitiada por la violencia
Culiacán se encuentra bajo un ambiente de temor. Las calles se vacían a partir de las 7 de la tarde, las escuelas cierran cada vez que se reportan balaceras, y eventos emblemáticos como la feria ganadera han sido cancelados. La violencia ha cobrado más de 1,000 víctimas en tres meses, entre asesinatos, desapariciones y enfrentamientos.
Además, la población enfrenta un clima de incertidumbre: cámaras de vigilancia destruidas, vehículos robados y un ambiente de desinformación alimentado por canales anónimos de WhatsApp. Incluso el Ejército ha tomado medidas extremas, como desarmar a la Policía Municipal y usar una primaria como cuartel.
El impacto económico: negocios a la baja y noches desiertas
El sector económico tampoco ha escapado de la crisis. Marco Iván Torres Sandoval, dueño del restaurante Canario, admite que su negocio ha sufrido una caída del 70% en las ventas debido al temor de los ciudadanos de salir por la noche.
“Ha sido bastante agotador y difícil. Nos hemos visto obligados a modificar nuestro enfoque y ahora nos dedicamos a los desayunos”, explica. Según empresarios locales, las pérdidas económicas alcanzan los 500 millones de pesos diarios en la ciudad, mientras la cifra acumulada por la crisis supera los 10 mil millones de pesos.
La lucha por la esperanza: arte en medio del caos
En medio de la desolación, iniciativas ciudadanas buscan devolver algo de vida a la ciudad. En el centro de Culiacán, el colectivo de mujeres artistas Bachia ha comenzado a pintar murales con mensajes positivos. Una de las integrantes, Catherine Quiñónez Morales, trabaja en un mural que promueve la salud mental, con una imagen de esperanza: una mujer que florece gracias a la ayuda de una mano divina.
“Quiero que este cuadro hable de salir de la depresión, de ese hoyo en el que muchas personas están ahora”, dice Catherine.
El futuro incierto de Culiacán
La crisis de violencia en Culiacán es solo una parte de una fractura más grande dentro del Cártel de Sinaloa, un conflicto que ha sumido a la región en una crisis de seguridad sin precedentes. Mientras tanto, los culichis intentan sobrevivir, adaptarse y resistir en un entorno donde el miedo, la incertidumbre y la esperanza coexisten día a día.