Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos por segunda vez, California alista una estrategia para proteger a sus 40 millones de habitantes, incluidos 11.4 millones de indocumentados, ante las posibles políticas hostiles de la nueva administración federal. El gobernador Gavin Newsom ha convocado al Congreso estatal, de mayoría demócrata, a una sesión especial para reforzar leyes y asignar recursos destinados a enfrentar litigios en áreas clave como cambio climático, derechos civiles, acceso al aborto e inmigración.
“No se trata de resistirnos, sino de ser pragmáticos. Seríamos unos tontos si no nos alistáramos antes de enero,” declaró Newsom al Los Angeles Times.
Uno de los primeros pasos es la propuesta del legislador Jesse Gabriel para crear un fondo inicial de 25 millones de dólares, destinado a cubrir los costos legales de los litigios que puedan surgir. Durante la primera presidencia de Trump, California enfrentó 120 demandas que costaron más de 40 millones de dólares al presupuesto estatal. Sin embargo, Newsom reconoció que esta vez el panorama es más complicado, ya que el estado enfrenta un déficit proyectado de 2 mil millones de dólares para 2025, lo que limita su margen de maniobra.
Entre los temas más controvertidos está el financiamiento para emergencias, en particular para desastres naturales como los incendios forestales. En 2018, Trump intentó retener fondos destinados a combatir incendios en California, y en septiembre pasado amenazó nuevamente con bloquear ayudas similares.
Otro punto de fricción es el compromiso de California con los vehículos eléctricos. La entidad lidera la transición hacia tecnologías limpias con una legislación que exige que todos los autos nuevos vendidos en el estado sean eléctricos, híbridos o de hidrógeno para 2035. Trump ha prometido eliminar los créditos fiscales de hasta 7,500 dólares para la compra de estos vehículos. En respuesta, Newsom planea ofrecer subsidios estatales financiados por multas a grandes contaminadores. “Vamos a redoblar la apuesta por el aire limpio y los empleos verdes,” aseguró el gobernador en un comunicado.
Choque en inmigración
California, un Estado santuario, podría convertirse en el epicentro de un enfrentamiento con la administración Trump por las políticas migratorias. Las leyes locales impiden que los departamentos de policía cooperen con agencias federales en deportaciones y operativos migratorios. Sin embargo, Trump ha prometido llevar a cabo una operación masiva de deportaciones desde su primer día en la Casa Blanca.
El senador demócrata Alex Padilla, el primer latino en representar a California en el Senado, advirtió que el enfoque de Trump podría impactar indiscriminadamente a millones de personas. “Nuestra diversidad es la que ha hecho exitosas nuestras comunidades y economía. Vamos a ayudar a las familias ante las amenazas de Trump,” dijo Padilla en una entrevista con CBS.
Padilla, junto con el senador Adam Schiff, será clave en los esfuerzos para defender las políticas progresistas de California en Washington.
Desafíos políticos
A pesar de ser un bastión demócrata, los resultados de las recientes elecciones reflejan un descontento con los gobiernos locales. Trump superó su desempeño en California respecto a 2020, ganando condados rurales como Fresno y reduciendo el margen de su derrota en bastiones como San Francisco, lo que evidencia un cambio en las dinámicas políticas del estado.
Con una agenda que abarca la defensa de derechos civiles, la lucha contra el cambio climático y la protección de las comunidades inmigrantes, California se prepara para ser nuevamente la oposición más férrea a las políticas de Donald Trump, en un esfuerzo por salvaguardar los valores progresistas y la estabilidad de su población.