¡Maldita época neoliberal! Sí, esa cuando los migrantes regresaban —por gusto— a México. Más de un millón de personas retornaron a nuestro país entre 2005 y 2014 (Pew Research Center), entre otras razones gracias al fortalecimiento de la economía mexicana…
Pero no nos preocupemos. La migración, esto es, la expulsión de mexicanos hacia otros países (especialmente los Estados Unidos) volvió a aumentar brutalmente desde el 2018. Datos oficiales de nuestro vecino país del norte señalan que hoy en día al menos 10.9 millones de migrantes son mexicanos que residen en ese país (no contabiliza a los nacidos allá).
Sí, los mexicanos son el mayor grupo de inmigrantes en Estados Unidos, casi el 23% de los 47.8 millones de residentes de EEUU nacidos en el extranjero que se contabilizaban a fines del 2023. El grupo que también envía el mayor porcentaje de remesas. De los 161 mil millones de dólares en remesas enviados a Latinoamérica, 65 mil millones tienen como destino México (Banco Interamericano de Desarrollo, diciembre de 2024). Notable, ¿no? Más del 40% de los dineros es enviado por 23% de las personas (algo no cuadra, pero esa es otra historia…).
Con estas cifras en mente, pensemos en el temor que acecha entre los migrantes. Pensemos también lo que deportaciones masivas significarían para la economía mexicana y una nueva ola de inseguridad, nunca antes vista, que se generaría en nuestra nación.
El problema no es que el presidente de Estados Unidos a partir de enero expulse de pronto a 11 millones de paisanos. Eso NO ocurrirá pues, entre otras cosas, no los podrá localizar a todos, no los podrá mantener en separos, ni los patrones que los necesitan contribuirán a expulsarlos (si bien algunos, al momento del “pago por sus servicios”, no dudarán en ser solícitos con la Border Patrol y poner a los mexicanos de patitas en nuestras calles).
El asunto es que sí puede deportar a unos cuantos cientos de miles y eso es más que suficiente para sembrar pánico entre los migrantes, inestabilidad en Estados Unidos y caos en México. El deportar a una fracción significativa de inmigrantes indocumentados sí es viable y Trump lo intentará.
Además de su grupo de “halcones” expertos en deportación, Trump cuenta también con el gobernador de Texas Greg Abbott, quien ya esboza una campaña de terror para expulsar indocumentados (adicionalmente se adivina una cacería contra delincuentes, vagos y drogadictos, sean de la nacionalidad que sean).
Atestiguamos por ende, un movimiento que aterroriza y fustiga. No cejarán en su empeño de expulsarles como tampoco de intentar quitarles la nacionalidad a sus hijos nacidos en Estados Unidos. Esto es, retirarles los derechos adquiridos por nacimiento y con ello despojar de esperanza a sus familiares.
Con la pena, un puñado de asesores jurídicos, expertos en cuestiones migratorias, que es lo que prepara la SRE y el doctor Juan Ramón de la Fuente para la defensa de nuestros compatriotas no harán la diferencia.
¿Un ‘botón de alerta digital’ en una aplicación? ¿Y cómo se detectará la ubicación del indocumentado y se avisará a sus familiares y al consulado más cercano si precisamente lo último que desean estos mexicanos es ser localizados y dar información de su paradero?
¿Qué enorme, descomunal partida del presupuesto federal está dispuesta para enfrentar este tsunami? ¿De cuánto estamos hablando? De la capacidad de los consulados es finita; muy reducida. Mientras que el Instituto Nacional de Migración de por sí está saturado. Su anterior director únicamente dejó equipadas las estaciones migratorias con 5,129 cámaras y 776 micrófonos. Y se sabe que estas no funcionan, de lo contrario no habría sucedido la tragedia de Ciudad Juárez de hace casi dos años..
El temor de los migrantes es fundado.
Tres en Raya
En Estados Unidos, además de los migrantes mexicanos y centroamericanos, hay al menos un 5.38% de migrantes de la India, 4.31% de China y otro 5% de países asiáticos. ¿Qué harán las autoridades estadounidenses con esos migrantes?, ¿cómo los mandará al Asia? ¿O piensan mandarlos a México como ya ocurrió con los haitianos? ¿Dónde está el equipo inter-secretarial del gobierno federal mexicano para hacerle frente a un fenómeno muy complejo que trasciende la labor de Relaciones Exteriores?
Había que ser torero…
Ya se supo y, aunque sea 28 de diciembre, para nada es inocentada. El ministro de la SCJN Alberto Pérez Dayán se reunió días antes de la votación definitoria con la presidenta Claudia Sheinbaum y con Adán Augusto López, senador de la 4t. Su voto fue el que decretó la muerte del Poder Judicial y el que al mismo tiempo permitió el inicio de una pesadilla jurídica.
No podemos llamarnos sorprendidos. Se conoce de sobra que, por una parte, la 4t es capaz de amenazar con tal de conseguir lo que quieren. Que, por la otra, degluten las fechorías, igual que quien degusta el caviar. Lo hicieron con los Yunes; no importó que horas antes el Movimiento los acusaba de pederastas y corruptos (todo con razón). Requerían su voto y para ello prefirieron enterrar sus principios de honorabilidad. No fue difícil, esa honestidad y moral de la que presume el obradorismo —ahora el claudismo— siempre han sido falsas.
Así que ¿por qué no repetir la dosis con el más endeble de los constitucionalistas? Y se acercaron a Pérez Dayán…
En esta ópera bufa, Adán Augusto la hace igual de pandillero que de presidente del Senado. Qué más da que el titular de dicha cámara sea Gerardo Fernández Noroña.
Ya sé que en Palacio les tiene sin cuidado, pero igual voy a decirlo: López Hernández y Sheinbaum acataron las órdenes del otro tabasqueño en el sentido de acabar con juzgados, magistraturas y Suprema Corte.
Lo que como oposición tanto criticaron, los morenistas lo hacen con creces. El ministro reuniéndose con la presidenta y con el legislador; negociando el voto.
Así como ya no sorprende que tanto la primer mandataria como Adán Augusto se reunieran con el ministro Pérez Dayán, sí llama la atención el cinismo de unos y otro. Y a riesgo de sonar a disco rayado, vuelvo a la pregunta: ¿por qué nadie se preocupa ya ni siquiera de mantener el mínimo decoro de la presidenta? En absoluto defiendo lo que hicieron, pero si lo van a hacer que al menos fuera la secretaria de Gobernación la del cochinero de acuerdo. Que su equipo de comunicación y el de seguridad se asegurara que esto no saliera a la luz. Insisto en ello, no es que antes no se dieran así las presiones (no soy tan ilusa para pensar lo contrario), pero se cuidaba al presidente. A Claudia nadie la quiere.
¿Y a quién le conviene que Claudia Sheinbaum quede tan mal? Existen diversas posibilidades. Descartemos a la oposición porque esta ni siquiera existe.
Las posibles respuestas: Adán Augusto, Ricardo Monreal, el ala dura de Morena y, sí, aunque en Palacio no les importe que lo diga, al mismísimo expresidente. Todos la quieren débil para que en la revocación de mandato pueda caer fácilmente.
Descarto que haya sido ella misma quien filtrase la nota con objeto de fortalecerse pues ello habría equivalido a cometer un grave error. Mostrar su liderazgo no es haciendo cochupos y otorgando prebendas por un voto. Su liderazgo deberá mostrarlo poniendo en orden a todos en la 4t, que ya se sienten cabecillas.
Una última posibilidad es que el mismo ministro Pérez Dayán filtrara la información. ¿La idea?: que no solo quede mal él, sino también quienes le citaron.
Más allá de “haiga sido como haiga sido”. Pérez Dayán tuvo la oportunidad de decidir ser torero, pero prefirió terminar su carrera judicial como un desconfiado. Triste papel el de dedicarse a cuidar su espalda; ponerse a la defensiva en el momento en que el país más lo necesitaba.
Giro de la Perinola
Ocasión propicia también de mandar al huésped de ‘La Chingada’ de embajador a Venezuela, Cuba, Nicaragua o Rusia. Se sabe que son países que él ha defendido.