REGALANDO notarías públicas, como se estilaba en los tiempos del priismo, se despide de su sexenio el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón.
UNA DE ESAS maquinitas de hacer dinero ya está prometida para el actual fiscal general de la entidad, Olaf Gómez, quien podría optar por un retiro anticipado ahora que está bajo la lupa por la violencia que campea en territorio chiapaneco.
MÁS AÚN tras la balacera del miércoles entre delincuentes y policías en una de las avenidas más transitadas de la antes apacible Tuxtla Gutiérrez, en la que una menor falleció tras ser alcanzada por una bala perdida.
EL INCIDENTE ocurrió a unos metros de uno de los hoteles más importantes de la capital chiapaneca, donde policías de la Fiscalía mantienen una vigilancia permanente, pero no por seguridad del inmueble, sino porque noche a noche llega ahí un funcionario de gobierno que tiene el pelo canoso y que siempre llega bien acompañado.
¿QUIÉN SERÁ ese servidor público que requiere que haya policías sentados afuera de su cuarto mientras duerme? ¿De verdad es necesario que una veintena de agentes armados estén “acuartelados” en el lobby y el piso superior del hotel? Son preguntas que no van de paso.
POR CIERTO, Rutilio Escandón le está exigiendo al Congreso estatal dominado por Morena que le autoricen una escolta permanente cuando salga del cargo. ¿Y la austeridad republicana, apá?
EN EL QUINTO y último informe del presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, Ricardo Sodi, fue notable la ausencia de la gobernadora morenista Delfina Gómez, quien prefirió ir a Metepec a un foro sobre protección animal.
EN CONTRASTE, Arturo Montiel y César Camacho, dos ex gobernadores del PRI, sí estuvieron presentes igual que el ex secretario de la Defensa Salvador Cienfuegos, a quien Sodi calificó como “querido amigo”.
AL FINAL, fue una celebración en familia, pues en un nuevo mural quedó pintada la figura de Sofía, la hija de Sodi… detallazo del papá que pagó la pintura con recursos públicos.