Tiene lógica intentar crear un partido político que encare a Morena desde 2027. A fin de cuentas, quizá el único sabor a victoria con que se irán los opositores de su calamitoso 2024 será el espíritu de las movilizaciones de la Marea Rosa, sustancialmente promovidas por el Frente Cívico Nacional, que ayer anunció que transitará el camino para convertirse en partido. Pesado camino, obliga a probar 260 mil afiliaciones y 200 asambleas en un territorio nacional tomado por los comandos morenistas. El pequeño PRI se atrincheró en una guarida insustancial, carente de atractivos. Los desmoralizados panistas, lo acabamos de presenciar, no se ven capaces de entusiasmarse ni a sí mismos. Y pese a sus balances alegres, el viejo MC luce menos relevante que nunca. ¿Por qué no intentar algo distinto? De acuerdo con encuestas de salida del 2 de junio, la clase media votó seis a cuatro por Morena y los beneficiarios de los apoyos sociales lo hicieron en una proporción de siete a tres. Sólo ahí hay dos formidables espacios de oportunidad para ir a buscar a millones de mexicanos. Por ello, no está de más anotar la fecha de ayer. Y porque esa búsqueda de mexicanos hoy parece quedarle monstruosamente grande a naranjas, priistas y panistas.