Un equipo de la calificadora Standard and Poor’s (S&P) se encuentra en México evaluando la situación macroeconómica del país, con el objetivo de determinar si la deuda soberana puede mantener su actual calificación o si es necesario reducirla. Según la calificadora, las proyecciones presentadas por la Secretaría de Hacienda en el Presupuesto 2025 generan dudas sobre su viabilidad, particularmente en lo relacionado con la reducción del déficit fiscal.
Los analistas consideran poco realista la meta del gobierno de bajar el déficit del 5.9% del PIB en 2024 al 3.9% en 2025. De acuerdo con una fuente cercana a S&P, las estimaciones de Hacienda están basadas en supuestos optimistas sobre los ingresos, como un precio elevado del petróleo y un crecimiento económico proyectado entre el 2% y el 3%, cifras que S&P ha reducido recientemente al 1.2% para 2025.
Preocupaciones fiscales
El presupuesto presentado por el titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, incluye un incremento en el gasto destinado a proyectos de infraestructura y programas sociales impulsados por la presidenta Claudia Sheinbaum, pero con una recaudación proyectada que no convence a la calificadora. S&P considera que México enfrenta el riesgo de perder su reputación como una economía fiscalmente consolidada, en parte por el incremento del déficit, que alcanza niveles no vistos en tres décadas.
Economistas consultados señalan que el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador heredó un déficit cercano a los 6 puntos del PIB, lo que representa una carga significativa para la nueva administración. Aunque López Obrador inició su gestión con una imagen de disciplina fiscal, expertos indican que se utilizaron reservas acumuladas en empresas públicas y entidades bajo la línea presupuestaria, agotando recursos y dejando un panorama financiero complejo.
Además, existe preocupación sobre el uso de recursos del Banco de México (Banxico), que ha transferido al gobierno “ganancias cambiarias” derivadas de la devaluación del peso, algo que economistas consideran equivalente a emisión monetaria, lo que podría agravar las presiones inflacionarias.
Consecuencias de un recorte en la calificación
Si Standard & Poor’s decide reducir la calificación crediticia de México, esto podría encarecer el costo del financiamiento para el país, afectando su acceso al crédito internacional. La advertencia llega luego de que otra calificadora importante, Moody’s, ajustara recientemente la perspectiva de México de “estable” a “negativa”, aunque mantuvo su calificación en Baa2, equivalente al grado de inversión.
La evaluación de S&P, junto con las advertencias de Moody’s, pone de manifiesto la creciente preocupación sobre la sostenibilidad fiscal del país en el corto y mediano plazo. A medida que la presidenta Claudia Sheinbaum busca implementar proyectos clave en su administración, los retos económicos heredados y las proyecciones optimistas de ingresos podrían complicar el panorama financiero de México.