En el árido paisaje de Sonora, rancheros y científicos han unido esfuerzos para preservar al jaguar (Panthera onca), una especie en peligro de extinción. Ganaderos como Diego Ezrre y Uriel Villareal Peña han transformado sus prácticas al colaborar con Naturalia, una organización mexicana dedicada a la conservación ambiental.
Desde 2006, el programa Viviendo con Felinos ofrece incentivos económicos a los ganaderos por cada jaguar fotografiado con cámaras trampa instaladas en sus terrenos. Este proyecto, que nació en la Reserva Jaguar del Norte —un área de 20,000 hectáreas en Sonora—, ha crecido para incluir otras 24,000 hectáreas de conservación, generando un corredor vital para esta especie.
Una nueva visión en los ranchos
Los rancheros participantes han dejado de ver al jaguar como un enemigo del ganado y ahora lo consideran un aliado en la preservación del equilibrio ecológico. “Manteniendo un balance natural, también protegemos nuestro ganado”, explica Ezrre, líder de la Asociación Ganadera Local General de Sahuaripa.
El programa no solo incentiva la protección del jaguar, sino también de otras especies como el puma, el ocelote y el águila real. Además, Naturalia ha vinculado a los rancheros con programas de pagos por servicios ambientales y ha impulsado alternativas económicas como el ecoturismo rural y la elaboración del tradicional bacanora, un destilado de agave local.
Resultados alentadores
Según el Tercer Censo Nacional del Jaguar, se estima que en Sonora hay entre 120 y 150 ejemplares, lo que representa una población estable y en crecimiento desde los primeros conteos en 2003. Los resultados del censo, que serán publicados en abril, también destacan el uso de tecnología con inteligencia artificial para analizar las imágenes captadas por unas 47 cámaras trampa instaladas en la región.
El esfuerzo por proteger al jaguar también incluye un riguroso monitoreo del hábitat. “Cada salida de campo es un desafío”, comenta Saúl Amador Alcalá, coordinador de la unidad de Investigación y Monitoreo de Fauna Silvestre en Naturalia. “A veces tardamos hasta 15 horas cruzando ríos y bajo temperaturas extremas para revisar las cámaras y asegurarnos de que las fuentes de agua estén disponibles.”
Una visión a futuro
El éxito del programa ha llevado a Naturalia a planear su expansión a otros estados como Campeche, Chiapas y Quintana Roo, bajo la iniciativa Operación Jaguar, que busca establecer nuevas reservas naturales.
Para los ganaderos como Ezrre, el respeto por la fauna se ha convertido en un principio fundamental. “El equilibrio es necesario y nos beneficia a todos”, concluye.