Durante octubre de 2024, el primer mes del gobierno de Claudia Sheinbaum, la producción de petróleo crudo en México cayó un 6.8% a tasa anual, alcanzando un promedio de 1 millón 527 mil barriles diarios, según información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Este desplome representa la mayor caída desde julio de 2019 y marca el décimo mes consecutivo con retrocesos en la producción de hidrocarburos.
De manera desagregada, la producción de Petróleos Mexicanos (Pemex) se ubicó en 1 millón 423 mil barriles diarios, lo que significó una reducción anual del 7.6%. Por otro lado, las petroleras privadas incrementaron su participación, alcanzando una producción de 103 mil barriles diarios, un aumento del 6% respecto al mismo mes del año anterior.
Factores detrás de la caída
El menor volumen de producción se atribuye, en gran medida, a la baja en la actividad de varios campos estratégicos del país:
- Maloob, el principal campo petrolero de México, produjo 314 mil barriles diarios, un 0.6% menos que en octubre de 2023.
- Ayatsil redujo su producción de 99 mil a 97 mil barriles diarios, lo que equivale a una baja del 2% anual.
- Los campos Zaap, Quesqui, Tupilco Profundo y Balam mostraron caídas más pronunciadas, con retrocesos de 20.8%, 27.4%, 20.2% y 26.5%, respectivamente.
En conjunto, estos campos estratégicos —que representan aproximadamente el 50% de la producción total de hidrocarburos líquidos en el país— explican buena parte del declive observado.
Gas natural también a la baja
La producción de gas natural sufrió una caída significativa, pasando de 4 mil 166 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) en octubre de 2023 a 3 mil 592 MMpcd en el mismo mes de 2024, lo que representa un descenso del 13.8%.
Perspectivas a futuro
Aunque el objetivo del nuevo gobierno es alcanzar una producción diaria promedio de 1.8 millones de barriles de hidrocarburos líquidos durante todo el sexenio, los datos recientes reflejan un escenario complejo para la industria petrolera nacional.
La dependencia de campos maduros con declinaciones naturales, sumada a la falta de nuevas inversiones significativas en exploración y desarrollo, plantea un desafío para Pemex y las autoridades energéticas en su intento por estabilizar y recuperar la producción.
El desempeño de la industria petrolera será un indicador clave para medir el éxito de la estrategia energética del actual gobierno, en un contexto donde el sector privado continúa ganando terreno frente a la estatal Pemex.