Nos comentan que la presidenta Claudia Sheinbaum aún no tiene fecha para reunirse con el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de la llamada que ambos sostuvieron ayer, y en la que tocaron temas migratorios y de tráfico y consumo de fentanilo. Sin embargo, nos dicen en Palacio Nacional que los equipos de la mandataria y de Trump podrían reunirse la segunda semana de diciembre. Aunque todavía está pendiente quienes podrían participar en esos encuentros, ya que varios de los funcionarios designados por Trump por ley están impedidos a sostener reuniones de carácter oficial hasta que no inicie la nueva administración estadounidense, y en algunos casos, hasta que no sean ratificados por el Congreso.
El “estilo Adán Augusto” impuesto en el Senado ha generado disgusto entre algunos legisladores de la bancada de Morena, principalmente por el afán de legislar a toda prisa y ni siquiera buscar un consenso previo entre los morenistas. Nos cuentan que entre los senadores del bloque oficial ya es un secreto a voces el malestar por algunas decisiones tomadas por el coordinador parlamentario. Nos dicen que dentro de la bancada oficial hay quienes se pronuncian por ser más receptivos a algunas posturas y propuestas de la oposición para sacar algunas reformas por consenso y no siempre por avallasamiento. Sin embargo, nos platican, ha habido oídos sordos, y que muchas veces a los senadores no se les permite siquiera hacer una observación sobre lo que tendrán que avalar con su voto en el pleno. Quizá los legisladores inconformes ya se olvidaron de que están obligados a tener “lealtad ciega” al proyecto de transformación, así que, a cuadrarse con su coordinador, que él sabe lo que hace.
Ante la amenaza del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de hacer deportaciones masivas de migrantes, nos dicen que Sergio Salomón Céspedes se prepara para asumir como comisionado nacional de Migración. El aún gobernador de Puebla sostuvo un encuentro con el canciller Juan Ramón de la Fuente para analizar el tema migratorio. Nos hacen ver que don Sergio tiene tres toros muy bravos que tendrá que lidiar. El primero, recoger el tiradero que dejó en el Instituto Nacional de Migración su antecesor, Francisco Garduño. El segundo, impedir las caravanas de migrantes que llegan a México con rumbo a Estados Unidos. Y el tercero, tener todo listo por si Trump cumple su amenaza y comienza a deportar grandes cantidades de migrantes. Nada sencilla la tarea del poblano.
Quien pasó de proponer el diálogo con criminales a sugerir que se impulse la industria del cannabis en México, es el expresidente nacional del PAN, y hoy diputado morenista, Manuel Espino. Ayer, don Manuel participó en un foro en el que llamó a legislar en la materia para generar beneficios económicos en el país. Eso sí, Espino pidió diferenciar al cáñamo de cannabis, de la marihuana, pues aseguró que el cannabis “es una planta maravillosa” que permitirá “lograr un futuro más verde y más saludable para el mundo”. ¿Será que esta vez no batearán la propuesta del diputado, como sucedió con la del diálogo con el crimen organizado?