La ministra de la Suprema Corte de Justicia de México, Norma Piña, ha declarado tener la cantidad necesaria de votos para aprobar el proyecto presentado por José Luis González Alcántara, que busca revisar nuevamente la reforma judicial desde el ámbito legislativo. Según Piña, además de avalar el proyecto, está lista para incorporar cambios al mismo y eliminar la reforma por completo. Este movimiento sería un desafío directo al gobierno de Claudia Sheinbaum y podría desatar una crisis institucional en el país, según la Política Online.
Piña, quien se basa en el agravio que la presidenta Sheinbaum ha hecho a los ministros al hablar de sus futuras pensiones, ha aumentado su apoyo interno al mostrar una narrativa que les perjudica. La ministra afirma estar convencida de que la negativa a acatar la decisión de la Corte Suprema recaería en Sheinbaum y podría llevar a México a ser excluido del sistema penal regional e internacional, al igual que sucedió con Venezuela. Al no respetar las indicaciones del máximo tribunal, Piña estima que el país se encaminaría hacia el desastre económico.
En el gobierno, el clima es tenso, con sólo Sheinbaum y algunos legisladores morenistas defendiendo públicamente la reforma, mientras que otros miembros importantes, como Marcelo Ebrard y Rogelio Ramírez de la O, permanecen en silencio, lo cual ha generado preocupación en los empresarios.
La tensión se incrementó después de que el FMI anunciara que estaba dispuesto a dar a México una línea de crédito en caso de una eventual situación de inestabilidad. Esto ha llevado al poder económico a preocuparse por el futuro del país si Sheinbaum no cumple con la decisión del tribunal. Algunos ya hablan de una posible deriva hacia un régimen autoritario como el de Venezuela o una situación parecida a la de Argentina.
Cabe destacar que la misma noche en que Sheinbaum ganó las elecciones, se puso en contacto con líderes occidentales y habló sobre un proyecto de socialdemocracia, leído de un guion escrito por Juan Ramón De la Fuente para tranquilizar a quienes temían una tendencia bolivariana. Sin embargo, si Piña logra su objetivo, la próxima semana México podría estar al borde de cruzar esa frontera.