Moody’s Investors Service modificó la perspectiva de las calificaciones del gobierno de México de estable a negativa, manteniendo la calificación de emisor y de deuda sénior no garantizada en “Baa2”.
El cambio de perspectiva refleja la preocupación por un debilitamiento en la formulación de políticas y el entorno institucional, lo que podría comprometer la solidez fiscal y económica del país. La agencia destacó que el aumento del déficit público este año marca una ruptura con el historial de déficits bajos que México había mantenido, incluso en condiciones económicas adversas.
Moody’s también alertó sobre la reforma judicial, afirmando que podría erosionar los controles y contrapesos del sistema, con posibles impactos negativos en la estabilidad fiscal y económica.
Además, la calificadora subrayó los riesgos derivados de Pemex, advirtiendo que los pasivos contingentes de la petrolera tienen mayor probabilidad de materializarse en el balance gubernamental, sin que ello implique mejoras en la sostenibilidad de la deuda a largo plazo.
La decisión llega en un contexto de incertidumbre, mientras Moody’s indicó que esperará a conocer las primeras políticas de la administración de Claudia Sheinbaum para una posible revisión más amplia de la calificación soberana de México