En el corazón agrícola de Estados Unidos, California, donde se cultiva el 100% de las nueces y almendras del país, la incertidumbre crece. Los productores enfrentan una posible crisis ante el plan del presidente electo Donald Trump de implementar deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, quienes constituyen la columna vertebral del trabajo en los campos.
Edward Orozco Flores, director del Centro de Comunidad y Trabajo de la Universidad de California en Merced, alertó sobre el impacto devastador de estas deportaciones en la industria agrícola y en la economía en general. “Cualquier interrupción en la fuerza laboral agrícola disparará los precios de los alimentos en un momento en que la inflación ya preocupa a los consumidores”, señaló.
Dependencia laboral y contradicciones políticas
En el Valle de San Joaquín, núcleo de la producción agrícola californiana, hasta un 70% de los trabajadores agrícolas son inmigrantes indocumentados. A pesar de esta dependencia, Trump lideró el conteo de votos en los ocho condados de la región. Orozco subrayó la contradicción: “Los agricultores apoyan a Trump, pero sus negocios dependen de los trabajadores migrantes indocumentados”.
Aunque a simple vista la política migratoria podría perjudicar la rentabilidad de las operaciones agrícolas, la amenaza de deportación otorga poder a los empleadores, quienes podrían aprovechar el miedo para evitar la sindicalización y mantener precarias condiciones laborales.
Derechos laborales en riesgo
El sector agrícola es uno de los pocos en Estados Unidos donde los trabajadores no gozan de plenos derechos laborales, como salario mínimo, pago de horas extras o protección sindical. Orozco recordó un caso en los 2010s, en el que una granja avícola enfrentó una redada migratoria tras denuncias de sus empleados por malas condiciones laborales. “La deportación masiva podría usarse como herramienta para disciplinar a los trabajadores y empeorar aún más las condiciones”, advirtió.
Impacto económico y social
El costo de implementar una política de deportación masiva sería astronómico, con posibles consecuencias recesivas para la economía. Además, los trabajadores agrícolas temen que se eliminen protecciones clave introducidas por la administración Biden, como la Acción Diferida para la Ejecución Laboral, que protege a inmigrantes indocumentados que denuncian violaciones laborales.
A dos meses de la toma de posesión de Trump, millones de trabajadores agrícolas enfrentan un futuro incierto. Más allá del impacto en los precios y la producción de alimentos, la política migratoria podría agravar la vulnerabilidad laboral de quienes ya ocupan uno de los eslabones más bajos de la pirámide social.