Desde la cárcel, Joaquín «El Chapo» Guzmán planeó un arriesgado plan para salir de prisión junto con su hijo y su compadre Ismael «El Mayo» Zambada. Según revelaron dos fuentes del gobierno estadounidense y dos miembros de la familia Zambada al medio Proceso, el exlíder del cártel de Sinaloa envió una carta a su hijo mayor, Joaquín Guzmán López, ordenándole el secuestro del «Mayo» para entregárselo a las autoridades de Estados Unidos.
Según las fuentes consultadas, el «Chapo» buscaba aprovechar la menor cantidad de cargos que enfrenta su hijo Joaquín Guzmán López en Estados Unidos, para que se entregara y pudiera negociar su liberación y la de su hermano Ovidio. La estrategia del exlíder del cártel de Sinaloa era entregar a alguien valioso para Estados Unidos, y quién mejor que su compadre Ismael «El Mayo» Zambada.
Por medio de una carta, el «Chapo» le ordenó a su hijo Joaquín contactar a las autoridades estadounidenses, planear su propia entrega, traicionar al «Mayo» Zambada y así liberar a su otro hijo, Ovidio. El plan fue ejecutado por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI), según relataron fuentes de la agencia federal a Proceso en un hotel de Arizona en septiembre.
Un agente de la agencia, cuya identidad se mantuvo en secreto, explicó que fue Joaquín Guzmán López quien se contactó directamente con ellos para entregarse, pero tenía planeado traer consigo a alguien más que no fuera de su familia. Según las fuentes, el hijo del «Chapo» habría pedido garantías de seguridad y beneficios para él y su hermano Ovidio, en caso de entregarse a las autoridades.
Aunque no se pudo comprobar si los beneficios realmente se le otorgaron a los dos hermanos, las fuentes aseguraron que la HSI cumplió con todo lo prometido durante el operativo de entrega. Esto incluía permitir la entrada de Joaquín Guzmán y del «Mayo» Zambada a Estados Unidos, así como el aterrizaje seguro de su aeronave. La trampa del «Chapo» Guzmán al «Mayo» Zambada fue planeada desde la cárcel, pero fue revelada gracias a la intervención de la HSI.
“Estos aviones los llamamos covert, es decir, encubiertos. Son aviones que por más que le busques no va a salir su registro original, son de la HSI y están registrados y licenciados a través de empresas encubiertas”, detalla Óscar Hagelsieb, quien hasta el pasado 2023 lideró la oficina de la HSI en Ciudad Juárez.
Hagelsieb expone que la agencia no promete beneficios, pero que esos beneficios que pudo haber negociado Joaquín Guzmán López se hicieron entre la agencia, sus abogados y la aprobación de la Fiscalía General de Estados Unidos.