A quien al parecer se le olvidó la celebrada consigna de “juez votado, corrupto asegurado”, que se volvió infaltable en las protestas contra la reforma judicial, es la vocera de los trabajadores del Poder Judicial de San Lázaro, Patricia Aguayo Bernal, quien anunció su candidatura para magistrada federal. Nada bien cayó esta decisión entre algunos jueces y trabajadores, quienes le recuerdan a doña Paty que fue una de las férreas opositoras a la elección de ministros, magistrados y jueces por voto popular, cargos para los que se requiere, decía, carrera judicial. Aguayo Bernal hizo el anuncio de su participación unas horas antes de que cerrara el proceso de inscripción.
Nos cuentan que ahora que avanza implacable la reforma judicial, esa que en nombre del pueblo desmantela las estructuras tradicionales de uno de los poderes, muy pronto ha comenzado a surgir la nueva división de clases. Al menos eso es lo que señalan trabajadores de la Suprema Corte en los pasillos e incluso en redes sociales. Nos cuentan que se ha generado molestia con las ministras Lenia Batres y Yasmín Esquivel, a quienes señalan como “acaparadoras de elevadores”, pues, según denuncian, exigen al personal de seguridad vaciar los ascensores cuando ellas los van a usar, para no compartir espacio con sus propios colegas, como secretarios y juzgadores. ¿Será que no los consideran a la altura de las ministras del pueblo?
Nos cuentan que el senador Saúl Monreal, a quien sus colegas de Morena apodan Monrealito —algunos con cariño y otro no tanto—, está convertido en un auténtico mediador mundial y hace llamados a Rusia y Ucrania a frenar la guerra y salvaguardar la paz. A sus compañeros de legislatura les llamó la atención el nuevo papel de estadista que al parecer quiere asumir don Saúl y, claro, no faltaron algunos que comentaron en voz no tan baja que tal vez pueda dar algunas lecciones a la ONU de cómo frenó la violencia en Fresnillo cuando fue alcalde y ese territorio era de los más peligrosos en el país. De Zacatecas para el mundo, pues.
Nos aseguran que en la Secretaría de Educación Pública que encabeza Mario Delgado, comienza a generar resquemor la actitud de Marx Arriaga Navarro, director de Materiales Educativos, quien aseguran debe su permanencia en el cargo tras el cambio de gobierno a su cercanía con Beatriz Gutiérrez, esposa del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Nos detallan que en su cuenta de X, el funcionario no deja de criticar a la SEP, a la que describe como una “cueva de neoliberales”. ¿Será que tras ocupar tan alto cargo en la dependencia durante ya dos administraciones federales, don Marx se considera a sí mismo parte de esa categoría? ¿O serán críticas veladas al secretario Delgado, egresado del muy neoliberal ITAM? Por lo pronto, a don Marx ya lo etiquetan como “emisario del pasado”, en referencia a la expresión de José López Portillo sobre los funcionarios echeverristas que pretendían influir en su gobierno.