Ante la grave crisis hídrica que atraviesa Sonora, el gobierno estatal, encabezado por Alfonso Durazo Montaño, y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), representada por Julio Berdegué Sacristán, presentaron una serie de medidas para mitigar los efectos del cambio climático y la falta de agua en el sector agrícola. Sin embargo, pese a los compromisos y anuncios de nuevas estrategias, las acciones concretas para resolver los problemas estructurales del campo sonorense siguen generando dudas entre los productores.
En el encuentro, que contó con la participación de agricultores de los distritos de riego 041 del Valle del Yaqui y 038 del Valle del Mayo, se acordó la creación de una mesa permanente de trabajo que sesionará cada 15 días para dar seguimiento a los planteamientos. Entre las medidas propuestas, destacan la reconversión de cultivos, la tecnificación de sistemas de riego y la intervención de la Secretaría de Hacienda para liberar fondos de aseguramiento.
Compromisos y promesas, pero sin plazos claros
Uno de los puntos más críticos es el pago pendiente de precios de garantía para cultivos como el maíz y el trigo. Aunque Berdegué Sacristán aseguró que gestionará estos pagos, no se ofreció un plazo concreto para saldar la deuda con los productores, lo que mantiene la incertidumbre en un sector que ya enfrenta serias dificultades económicas.
Otro tema discutido fue la relocalización de pozos abatidos y la posible inversión en nueva infraestructura hídrica. Sin embargo, estos proyectos dependen de permisos y de recursos federales cuya llegada, según admitieron las propias autoridades, aún no está garantizada.
Jornaleros y producción en riesgo
Por otro lado, la Secretaría del Bienestar evaluará la posibilidad de brindar apoyos a los jornaleros agrícolas de los valles del Yaqui y Mayo, quienes quedarán sin empleo por las condiciones adversas. No obstante, los productores advierten que estos apoyos llegan con lentitud o, en algunos casos, no llegan, lo que pone en riesgo la estabilidad de miles de familias.
En cuanto a la reconversión de cultivos, específicamente con el cártamo, se plantea un acuerdo con la industria aceitera para garantizar precios y volúmenes de compra. Aunque se habla de sembrar 50 mil hectáreas de este cultivo, los productores insisten en que necesitan compromisos firmes y, sobre todo, precios competitivos que justifiquen el cambio de cultivo.
Mucho por resolver
A pesar del esfuerzo de las autoridades por presentar un plan integral, el panorama para los agricultores sonorenses sigue siendo incierto. Los problemas de fondo, como la ineficiencia en la distribución de agua, la falta de infraestructura y los retrasos en los pagos de apoyos federales, aún no encuentran soluciones concretas. Para muchos, los anuncios hechos en esta reunión no son más que parches temporales en un campo que necesita reformas profundas y sostenibles.