Un hombre se suicidó este miércoles al detonar un explosivo frente a la sede del Tribunal Supremo de Brasil, en un aparente ataque de motivación política. Antes de inmolarse, el atacante activó otro explosivo colocado en un automóvil estacionado cerca de un edificio anexo a la Cámara de los Diputados.
El incidente ocurrió en la Plaza de los Tres Poderes, emblemática por albergar las sedes del Gobierno, el Parlamento y el Tribunal Supremo, y donde en enero de 2023 miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro perpetraron un asalto con la intención de derrocar al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Identidad bajo investigación
Aunque la identidad del atacante no ha sido confirmada debido a la mutilación del cuerpo, la policía identificó al propietario del vehículo utilizado en el ataque como Francisco Wanderley Luiz, alias Tiu França, un militante del Partido Liberal (PL), partido del expresidente Bolsonaro.
Tiu França, quien fue candidato a concejal en 2020 en Santa Catarina, publicó horas antes del ataque mensajes amenazantes en Facebook, instando a la Policía a desactivar supuestas bombas en las casas de figuras políticas y periodistas identificados como “comunistas”. Las publicaciones incluían emoticones de bombas y ataúdes, además de llamados a las Fuerzas Armadas para iniciar una “revolución”.
Reacción de las autoridades
La Policía Federal asumió la investigación y realizó un operativo en el centro de Brasilia en busca de otros artefactos explosivos. El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, afirmó que las fuerzas de seguridad “están preparadas para garantizar el funcionamiento de los poderes constituidos”.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, alertó sobre las similitudes entre este ataque y los eventos del 8 de enero de 2023, calificando los hechos como una repetición del intento de golpe de Estado. “Sabemos quiénes son los enemigos de la democracia y sabremos defenderla una vez más”, escribió en redes sociales.
El presidente del Tribunal Supremo, Luís Roberto Barroso, mantuvo comunicación con el mandatario Lula da Silva tras el incidente, aunque no se han revelado detalles de la conversación.
Contexto de tensión política
El ataque se produce en un contexto de alta polarización política en Brasil, donde los grupos más radicales de extrema derecha han mantenido discursos incendiarios contra las instituciones democráticas. Por el asalto de enero de 2023, 1,600 personas han sido acusadas y 227 ya han recibido condenas que van de 3 a 17 años de prisión, bajo cargos como intento de golpe de Estado y daños al patrimonio público.
La Plaza de los Tres Poderes, que ha sido objeto de constantes amenazas, permanece fuertemente vigilada, mientras las autoridades investigan si el ataque de este miércoles fue un acto aislado o parte de una red más amplia de conspiración.