La segunda victoria ha dado, en todo caso, nuevos bríos al dólar. La divisa estadounidense ha cerrado su mejor semana desde junio pasado, mientras la moneda mexicana ha caído a su peor nivel en los últimos dos años, cotizando el día después de las elecciones en un máximo de 20,81 unidades por dólar. Aunque ha acotado las pérdidas en la última jornada, los vaivenes de la divisa latinoamericana continúan con cada anuncio del presidente electo de EE UU. Un nuevo golpe llegó tras el anuncio de la incorporación de Robert Lighthizer —firme creyente en los aranceles y figura clave en la renegociación del tratado comercial con México— al Gabinete del republicano. Los expertos coinciden en que de aquí a que asuma el cargo, el próximo 20 de enero, se mantendrá el nerviosismo, la incertidumbre y, por ende, la volatilidad en el tipo de cambio.
El huracán Trump han terminado de borrar la apreciación del llamado superpeso del sexenio pasado. Solo en este año, la moneda mexicana se ha devaluado un 13%. La primera caída fuerte de la divisa latinoamericana sobrevino después de las elecciones presidenciales de México, el 2 de junio. El segundo batacazo contra la moneda llegó con el avance de la reforma al Poder Judicial. Finalmente, el triunfo del republicano han asestado el último impacto. Pese al evidente declive en el tipo de cambio, tanto la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, como su secretario de Economía, Marcelo Ebrard, han intentado dar un mensaje de tranquilidad a los mercados tras conocer los resultados de los comicios en EE UU. “Vamos a continuar trabajando juntos de manera coordinada, con diálogo y respeto a nuestras soberanías, para avanzar en la amplia agenda bilateral que nos enlaza”, indicó Sheinbaum tras su primera llamada con el presidente electo de la Casa Blanca.
Las dudas planean sobre si la retórica proteccionista en campaña de Trump se convertirá en actos de Gobierno o quedará en papel mojado. El republicano ha defendido, desde su primer mandato, que los inversionistas deben de quedarse en EE UU y para ello busca cerrar las fronteras comerciales a través de aranceles. Uno de sus más polémicos pronunciamientos al respecto, Trump aseguró que fijará un arancel del 25% sobre todas las importaciones provenientes de México si el Gobierno de Sheinbaum no controla el flujo de migrantes y el tráfico de drogas. Las especulaciones sobre la imposición de nuevos aranceles o una revisión temprana del TMEC preocupan a los analistas, que temen que los sectores manufactureros y automotriz, pilares de la economía mexicana, puedan verse afectados por el aumento de los costos de exportación.
La fortaleza de un superpeso por debajo de las 16,60 unidades por dólar es parte ya de la hemeroteca. En el balance del sexenio, el peso logró una apreciación de alrededor del 3%. Cuando López Obrador asumió el cargo, el tipo de cambio se ubicaba en 20,2 finalizó en 19,6 pesos por dólar, de acuerdo con datos del Banco de México. Durante el sexenio de López Obrador, la moneda mexicana logró sortear las coyunturas externas e internas, incluida la crisis de la pandemia que hundió a la divisa hasta su mínimo histórico. En todo caso, logró recuperarse y se mantuvo, principalmente en el último tramo del sexenio, en el umbral de los 16 pesos por dólar.
En su última conferencia de prensa de su Gobierno, López Obrador celebró como un hito la apreciación de la divisa. “El peso mexicano fue la segunda moneda en el mundo que más se fortaleció con relación al dólar en el sexenio. Obviamente, no hubo devaluación, como sucedía en México desde los tiempos de Luis Echeverría”, indicó. Según los datos oficiales, mientras que en el gobierno priista de Peña Nieto la moneda se devaluó un 58%, en su sexenio se apreció un 3,3%. De acuerdo con los analistas, la moneda se fortaleció en el Gobierno anterior debido al diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos, un déficit relativamente controlado y una mayor entrada de capitales al país.
El panorama dio un vuelco tras las votaciones presidenciales en México. El mercado ya había dado por descontado un triunfo de Sheinbaum, sin embargo, no anticipaban el avasallante triunfo de Morena en la Cámara de Diputados y el Senado, una oportunidad para concretar todas las reformas constitucionales del Ejecutivo y que, poco a poco, se han ido cristalizando, por ejemplo los cambios en el Poder Judicial. De junio pasado a la fecha, el peso se ha devaluado un 18%.
Los resultados electorales en Estados Unidos implican una mayor incertidumbre para la relación bilateral con México. Citibanamex advierte en su más reciente análisis económico que la concentración de poder después de las elecciones de este año en México, la reforma del poder judicial y la segunda presidencia de Trump introducen un mayor nivel de incertidumbre en las perspectivas económicas. Debido a estos factores, el banco recortó su proyección para el crecimiento económico de México de 0,8% a 0,2% en 2025.
La institución prevé que en 2024 el tipo de cambio cerrará en 20,4% y el próximo año escalará hasta 21,1%. “Vamos a ver una serie de saltos hasta que tengamos una claridad de qué va a hacer Trump, va a seguir la incertidumbre y la información que pueda salir referente a Trump va a seguir generando presiones al alza o a la baja”, refiere Julio Ruiz, economista en jefe de Citi en México. Sin embargo, también matiza que el impacto al tipo de cambio y en general el shock a los mercados no ha sido tan fuerte como en 2016, porque el efecto sorpresa de ese entonces ya no existe y ahora el país sabe que no todo lo que promete en campaña lo lleva a cabo.
Felix Boni, director de Análisis de HR Ratings, añade que la caída del peso frente al dólar no fue tan grave porque se fue dando de forma gradual, en la medida en que el magnate avanzaba en las elecciones y ahora la volatilidad también se anticipa en fases u olas. “Podemos tener mucha volatilidad más allá del próximo 20 de enero, cuando Trump vaya poniendo en acción las decisiones que ha dicho. Vemos inestabilidad en el futuro, dependiendo de las medidas que toma respecto a los aranceles, al cierre de fronteras y deportaciones, así como presiones sobre el tráfico de drogas y sobre cuál será el tratamiento que tenga con las empresas estadounidenses afincadas en México”, explica.
La relación comercial entre México y Estados Unidos es compleja y tiene muchas artistas. Si bien Trump amaga con cerrar comercialmente la frontera a México, detener a las caravanas de migrantes o el flujo de drogas, también necesita de las cadenas industriales del otro lado del Río Bravo, más aún si escala su guerra comercial contra China. “Trump cree en las negociaciones duras, pero eso no quiere decir que no puedan ser negociaciones exitosas para los dos lados”, menciona.
El director de la agencia calificadora reconoce que la actual devaluación del peso sí está complicado el arranque la Administración de Sheinbaum, en específico el diseño de su política fiscal rumbo a 2025. Este año la economía mexicana cerrará con el mayor desbalance de los últimos 36 años, en 5,9% del PIB y la promesa de este Gobierno pretende un recorte de este déficit al 3,5% del PIB para 2025. Una meta que ahora se prevé más complicada. “La elección de Trump agregan más factores que complican el escenario”, zanja.