En Sonora, el desabasto de medicamentos en ISSSTESON es la falta de agua: todos hablan de ella, pero nadie hace nada para cambiarlo.
Desde hace años, los derechohabientes padecen un viacrucis cada vez que necesitan surtir una receta.
De cuatro medicamentos, quizá encuentren uno.
Y eso con suerte.
Se supone que las farmacias subrogadas están para aliviar el problema. Pero llegar a ellas es como jugar a la ruleta rusa: nunca sabes si tendrán lo que buscas. Al final, el paciente termina gastando en gasolina, taxis o camiones, peregrinando de farmacia en farmacia, para acabar comprando en una privada.
El bolsillo se vacía y la salud sigue en juego.
El desabasto de insulina y otros medicamentos esenciales es inaceptable.
¿Dónde quedó el compromiso con la salud de los sonorenses?
En este sexenio de Durazo, lejos de mejorar, la situación se ha agravado. Pareciera que la administración estatal está más preocupada por otras prioridades que por garantizar el acceso a medicinas de su población.
Mientras tanto, en la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum anuncia con bombo y platillo un “Nuevo Modelo de Contratación Consolidada de Medicamentos e Insumos Médicos”. Se jactan de que será la compra más grande en la historia, con 130 mil millones de pesos destinados a adquirir 4.9 mil millones de unidades de medicamentos.
Pero, ¿no es este el mismo esquema que desmantelaron al inicio de la Cuarta Transformación? Ahora resulta que regresan a las compras consolidadas, esas que antes criticaban y señalaban como nido de corrupción.
Legisladores y especialistas ya alzaron la voz. Advierten que esta estrategia es un retorno al pasado, al modelo que tanto denostaron.
La coordinadora del colectivo Cero Desabasto, Frida Romay Hidalgo, señala que etiquetar esta estrategia como nueva es incorrecto. “Es algo que se ha hecho con antelación”, dice. Y tiene razón.
El diputado Éctor Jaime Ramírez Barba cuestiona: si antes presumían que el abasto funcionaba al 99%, ¿por qué cambiar el modelo? Parece que hay amnesia selectiva en las altas esferas morenistas.
El desabasto de medicamentos es una enfermedad que necesita tratamiento urgente. No bastan las reuniones y los discursos. Se requieren acciones concretas y eficaces.
La receta es clara: menos promesas y más compromiso. ¿Será mucho pedir?