Los restos de los 11 pobladores de Chautipan, en Guerrero, fueron encontrados en la ciudad de Chilpancingo el pasado jueves. Según informaron fuentes oficiales, los fallecidos eran comerciantes que habían decidido trasladarse a otra zona para vender productos de plástico y peltre, sin el permiso del grupo delictivo que controlaba esa pequeña población.
Debido a la grave crisis de violencia que vive la región, los comerciantes habían pasado 20 días sin ventas en su pueblo, por lo que decidieron buscar nuevos clientes en una zona bajo el control del grupo rival «Los Ardillos». Sin embargo, fueron secuestrados y asesinados por «Los Tlacos», quienes se oponían a que «Los Ardillos» expandieran su influencia en el mercado de la distribución de mercancías y el cobro de extorsiones.
Aún se desconoce el paradero de otras seis personas que también habían sido secuestradas por «Los Tlacos». Ambos grupos delictivos han logrado controlar el comercio de la región y extender sus actividades ilegales sin que las autoridades hayan intervenido en su contra.
Según se ha informado, los 17 pobladores de Chautipan, del municipio de Chilpancingo, desaparecieron durante el mes de octubre en los municipios de Chilapa y Quechultenango.
Una mujer de Chautipan, quien perdió a su esposo y su hijo en el ataque, expresó su indignación por la falta de acción de las autoridades. Se llevó consigo los cuerpos de sus seres queridos en un ataúd y cuestionó por qué las autoridades no intervinieron a tiempo para evitar esta tragedia.
Las víctimas encontradas en Chilpancingo estaban desmembradas y se ha confirmado que al menos cuatro de ellas eran menores de edad y dos mujeres. Las autoridades continúan investigando este hecho y trabajando para localizar a las personas que aún están desaparecidas.