En medio de la controversia por el caso de Jonathan ‘N’, el joven de 16 años que pasó de estar desaparecido a ser investigado por un presunto secuestro en Hermosillo, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, pidió a los padres de familia reflexionar sobre su rol en la formación de los jóvenes, asegurando que deben cuidar tanto su comportamiento como el ejemplo que les brindan.
Durazo, quien también encabeza la Mesa Estatal de Seguridad, afirmó que el caso de Jonathan ‘N’ ha causado gran conmoción en la sociedad de Hermosillo, pero enfatizó que no se debe idealizar a los jóvenes involucrados en situaciones delictivas. “El joven no era la figura idílica que se construyó socialmente”, señaló, haciendo referencia a las versiones iniciales que presentaban al adolescente como una víctima.
El mandatario estatal subrayó que el problema es más complejo y que la solución requiere un enfoque integral, en el que las familias desempeñen un papel fundamental. “Los padres y madres de familia tenemos la responsabilidad de crear un entorno seguro para nuestras propias familias, de tal manera que no haya ninguna actividad personal que por su carácter ilegal pueda representar un riesgo para el entorno familiar”, destacó Durazo.
El llamado de Durazo es parte de una estrategia más amplia para prevenir la violencia y el crimen en la entidad, en la que las autoridades consideran crucial que los padres no solo supervisen las actividades de sus hijos, sino que también den el ejemplo con su propio comportamiento.
El caso de Jonathan ‘N’ ha sido un tema central en los medios y en la conversación pública en Sonora, luego de que el joven fuera encontrado y luego vinculado con un caso de secuestro, lo que generó debate sobre la situación social y de seguridad en la región. En este contexto, Durazo recalcó que no solo se debe tratar la violencia desde la intervención de las autoridades, sino desde la prevención, apuntando a la importancia de fortalecer los lazos familiares y el bienestar social.
Al finalizar su intervención, el gobernador hizo un llamado a abordar estos temas con seriedad y responsabilidad, asegurando que el bienestar de los jóvenes debe ser una prioridad tanto en las políticas públicas como en el ámbito familiar. “El problema en su conjunto hay que abordarlo desde una política pública integral, y cada familia debe evitar la violencia intrafamiliar”, concluyó.