Con la ayuda de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) local, elementos de la Secretaría de Marina (Semar) lograron desmantelar una red de cámaras de vigilancia instaladas por grupos criminales en diversos municipios de Sonora, utilizadas como un Centro de Cómputo Control y Comando (C4) clandestino. Estas cámaras, también conocidas como “cámaras parásitas”, suelen ser utilizadas para obtener información sobre los movimientos de las fuerzas de seguridad y facilitar actividades delictivas.
En el marco de la “Estrategia de Seguridad de los primeros 100 días” de la presidenta Claudia Sheinbaum, la Semar desinstaló 22 cámaras en las comunidades de Cajeme, Benito Juárez, Centro, Urby, Villas del Rey, Las Palmas, Libertad, Jardines del Valle y Primero de Mayo, en el municipio de Ciudad Obregón.
Los equipos desinstalados fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público federal y se abrirán carpetas de investigación para determinar a los responsables de violar lo establecido en el Artículo 143 Bis, fracción III y VII del Código Penal del Estado de Sonora. Además, durante labores de patrullaje, elementos de la Semar y de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) encontraron una construcción tipo búnker en el municipio de Pitiquito, Sonora.
La construcción se ubicaba en medio del desierto, en un área del ejido de Victoria, en la localidad de Puerto Libertad. Dentro de ella, los elementos encontraron armas de asalto, más de cinco mil cartuchos útiles, chalecos tácticos y cinco vehículos, cuatro de los cuales tenían reportes de robo.
Aunque las autoridades aún no han confirmado a qué grupo criminal pertenece el búnker, en la zona donde se encontraba tiene presencia el Cártel de Caborca, Los Rusos, Los Salazar (ex aliados del Cártel de Sinaloa) y Los Chapitos.
Además de estos fuertes golpes al narcotráfico en Sonora, también se produjo el decomiso de cerca de 1.5 toneladas de cocaína en el municipio de San Luis Río Colorado, con un valor estimado de cerca de 100 millones de dólares, según indicó el gobernador Alfonso Durazo en sus redes sociales. La droga iba oculta entre cargamentos de fruta y pan, había salido de Querétaro y Colima y su destino final era la frontera de Tijuana.