Sergio “Checo” Pérez vivió una noche complicada durante la sesión de calificación en el Gran Premio de Las Vegas, donde quedó eliminado en la Q1 y partirá desde la posición 16 en la parrilla de salida.
El principal obstáculo para el piloto de Red Bull fueron los neumáticos, ya que las bajas temperaturas en el circuito urbano de The Strip dificultaron encontrar la ventana óptima de rendimiento. Pérez describió la sensación de manejar como si estuviera sobre una pista resbaladiza, lo que afectó significativamente su desempeño.
“Tenemos un problema fundamental con el coche que no me funciona. Llegamos los fines de semana y simplemente exploramos muchas cosas, pero es difícil hacer que funcione”, declaró el mexicano tras la sesión.
Pérez también explicó que la falta de agarre debajo del monoplaza lo hizo más propenso a cometer errores: “Quieres estar ahí arriba, especialmente porque sé lo que puedo, pero cuando no tienes ese agarre, es realmente difícil”.
Un desafío en el trazado de Las Vegas
La posibilidad de remontar en la carrera está sobre la mesa, aunque las características del circuito urbano y las condiciones actuales representan un reto adicional. Según Pérez, el alerón de baja resistencia aerodinámica que usa su Red Bull limita la velocidad en las rectas, un aspecto crucial en el trazado de Las Vegas.
Sin embargo, el piloto mantiene cierto optimismo para la carrera, donde confía en un mejor desempeño del auto: “Tenemos una carrera larga por delante, sucederán muchas cosas y creo que seremos más competitivos el día de la carrera. Ayer nos vimos mucho mejor en la carrera larga que en una sola vuelta”.
Contexto de la temporada
Este resultado en Las Vegas representa otro tropiezo en una temporada difícil para el mexicano, quien ha enfrentado altibajos en las últimas fechas del campeonato. Con su lugar asegurado en el equipo para 2024, Pérez buscará cerrar el año con un desempeño sólido en las últimas carreras.