El anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles del 25% a México y Canadá, en caso de no frenar el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos, desató una ola de indignación en el gobierno canadiense, que calificó como “insultante” la comparación con México.
El primer ministro Justin Trudeau reaccionó de inmediato a la amenaza, afirmando que habló con el magnate estadounidense y destacó la importancia de las relaciones bilaterales, aunque otros funcionarios canadienses expresaron su molestia por ser ubicados en el mismo grupo que México.
En declaraciones contundentes, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, tildó las palabras de Trump de “injustas” y “directamente insultantes”, comparando la actitud de Estados Unidos con un “apunalamiento en el corazón” por parte de un miembro de la familia.
Además, el líder de la oposición conservadora, Pierre Poilievre, expresó su disposición a negociar un acuerdo con Washington que excluya a México, reiterando que “Canadá primero” es su lema para asegurar una relación sólida con Estados Unidos.