¿Y si no se los dan, Guadalupe?, le pregunté el jueves a la presidenta del INE, Guadalupe Taddei. Y si no, el INE saldrá adelante, sentenció. Acababan de pedirle al Congreso 90 días adicionales para hacer bien la elección de jueces, magistrados y ministros. La lógica era pulcra: con más días, menos presión, mejor organización, también menores costos. El problema en el abigarrado universo político mexicano es que aplazar conllevaría una reforma a la Constitución, no es broma. Como sea, la prórroga no recibió la bendición de la presidenta Sheinbaum y los acólitos avisaron que no es viable ni necesaria. Punto final, las elecciones serán el próximo 1 de junio. La presidenta Guadalupe anticipa que, entonces, en vez de instalar 172 mil casillas, como el pasado 2 de junio, las combinarán con “mesas de votación”, qué habrá que ver qué son en 2025, pero reducirán el número de funcionarios y otras tareas, y abaratarán los costos a lo Black Friday, como exige la presidenta Sheinbaum. ¿Una rebaja de 4 mil millones de pesos, o más, así de fácil? Sin comprometer aun la cifra de la ganga, la presidenta Guadalupe dice que sí se puede, que el INE lo hará muy bien. Vamos a creerle, pues. Y a saludar a las mesas de votación.