Hay que ser muy caradura para haberla dejado atada y bien atada. Pero ‘sobre advertencia no hubo engaño’. Se dijo, se le avisó una y otra vez. Llevo años señalándolo. Él piensa volver, volver, volver.
¿Gobernar según las indicaciones del ex? Sí, si lo que se quiere es pavimentar su regreso.
Los usó, los usa y los usará y, como acostumbra, les dará una patada en la culera a la menor provocación o sin ella. Y volverá al inicio.
Se dijo, se le advirtió. ¿Cuántas veces no hemos mencionamos que López Obrador empoderaba a los coordinadores legislativos para atar a Claudia Sheinbaum? La elección interna de Morena para la candidatura presidencial fue eso. Y luego sacarla cuando fuese propicio. Ya sea vía la revocación de mandato o mediante las próximas e inimaginables reformas a la Constitución. Para todo fin práctico, ella comienza a estar a merced de estos otros señores en el Legislativo, que a su vez están jugando a seguir las indicaciones del inquilino de” La Chingada”.
Denise Maerker dijo en “Tercer Grado” que López Obrador “le dejó una bomba de tiempo a Claudia Sheinbaum”. Tanto por lo referente a la reforma del Poder Judicial, como por las disputas internas en Morena.
Peca de optimista. Ojalá eso fuese todo. Le dejó también un país en llamas, con una violencia in crescendo, sin ahorros y unos fanáticos viscerales en diversas áreas del gobierno. Le dejó sembrada la necesidad de su retorno (la de él).
Los hoyos financieros que son Pemex, CFE, Segalmex y tantos aspectos donde hiede a corrupción. Provocar se clame su retorno ante el desbocar de un país bravo como para cohesionar a un partido oficialista que sin él se divide.
Después de todo, las cámaras legislativas no le responden a ella; se deben a él y al júnior de sus amores… Andy López Beltrán despacha en Morena y es él (no Adán, no Gerardo) quien está dictando la agenda legislativa. País de machos. ¿Hay sorpresa? Ninguna.
Mientras tanto sus asesores en la Presidencia de la República le instan a la primer mandataria (con A) a, sí, volver, volver, volver a una mañanera que no termina de sentarle bien. Ya va tarde en generar otro vehículo de comunicación ¿adicional?, ¿sustituto?
Cierto, para el obradorato la patrañera les funcionó de maravilla. Fue su faro, mástil, púlpito para fulminar con su lengua a todos los que osaran mostrar sus errores y miserias. Para ella no está tan claro…
En 23 días lleva 203 veces que menciona a López Obrador; en 188 de ellas el lapsus de llamarlo presidente…
El punto principal del obradorato es la patrañera, sin la cual no tiene el instrumento de manipulación que requiere.. Pero Claudia no termina de generar un atractivo que mantenga el bodrio institucionalizado, pero sobre todo que proyecte la primacía de ELLA sobre los demás.
Pareciera que todo está orquestado para que Andrés Manuel pueda “volver, volver, volver”. La reforma al Poder Judicial y la más reciente iniciativa que reforma a la reforma constitucional ya aprobada es únicamente otra señal de ello.
Giro de la Perinola
¡Cómo criticamos a Vicente Fox cuando, ya pasado su sexenio, pedía que le dijeran “presidente” y no “expresidente”! Sorprende, entonces, que hoy la única forma en que se refieren al expresidente López Obrador es como “presidente”… Lo cierto es que Fox y López Obrador tienen más cosas en común de las que les gustaría aceptar. Empezando por ser unos populistas demagogos de mucho cuidado.
Precios a contentillo de la tortilla (y de cualquier otra cosa)
Que no le digan, que no le cuenten, el precio de la tortilla no bajará a contentillo de la autoridad.
Para bajar el precio de la tortilla, aguacate, carne, limón y otros alimentos no funciona el deseo de la autoridad (o de nuestros bolsillos). Tampoco funcionará el muy viejo e infinitamente fracasado esquema de control de precios. Dicho esquema propiciará un mercado negro de los productos controlados, lo cual hará que se incrementen aún más los precios, impulsando la inflación y escalándolos a niveles aún mayores.
Se deben pensar estrategias comerciales y económicas para realmente lograr una disminución de precios. Pero mismo antes de las estrategias se requiere contener la sangría en materia de seguridad. La cual se puede contabilizar en secuestros, asesinatos, robos de mercancía y en el alto cobro de piso que exigen los criminales. No quiero usar el concepto “derecho de piso”, ya que el idioma ayuda a normalizar lo incorrecto. Llamémosle “cobro de piso”.
Las extorsiones y los cobros de piso impactan a los precios. El mismo subgobernador de BANXICO, Jonathan Heath, comentó: “si bien la autoridad monetaria no tiene datos duros para evaluar el impacto de las extorsiones y los cobros de piso sobre los precios; sí tenemos amplia información que apunta que no sólo es un factor importante, sino creciente, de tal forma que contribuye al proceso inflacionario que enfrentamos”.
Mientras que la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes afirma que sí hay cobro de piso, centrado principalmente en algunos productos básicos como aguacate, limón, pollo y tortilla. Los delincuentes sacan provecho hasta de lo que comemos los mexicanos, haciendo que los alimentos sean más caros para todos.
El Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM señaló que el “cobro de piso” aumenta al menos dos puntos porcentuales de la inflación en México. Esto se refleja en la pérdida del 19% de la riqueza interna que genera la población.
Al carecer de seguridad pública en la producción, distribución y venta final, se logra que cada persona pierda el 19% de su dinero para pagar al crimen organizado y, además, que la inflación no logre descender como BANXICO y el gobierno de México pretenden.
De los ejemplos en dicho estudio, el limón de Michoacán es el que muestra de manera más clara lo que sucede con el “cobro de piso”. El precio del kilo es de 13 pesos, una vez pagado a los criminales el “cobro de piso”, el precio aumenta hasta 50 pesos; más lo que tengan que pagar por el transporte “seguro” (también pago a los criminales para que no quemen o descarrilen la mercancía).
Así, de manera directa, el aumento desproporcional será traspasado al consumidor final, quien pagará el kilo en 80 u 90 pesos. Este tipo de delito, lo terminamos pagando todos de manera directa en el consumo del limón.
No es el único delito que impacta en el precio de los alimentos, el robo de la mercancía en la carretera tiene ya una impronta en la misma forma en que el transporte de carga utiliza otros horarios y se conforma por caravanas de camiones.
De hecho, los tramos carreteros con mayor incidencia de robos son: México-Puebla-Veracruz; México-Querétaro; Córdoba Orizaba, arterias que conectan el sur-sureste del país con la Ciudad de México y ésta con el Bajío. Tan solo en el 2023, con relación al 2022, el robo de transporte de carga aumentó en un 73.5%.
Por ende, antes de decretar que el precio de los alimentos se sostenga, se tiene que atacar la parte fundamental del problema. Fortalecer la seguridad pública en todo el proceso de la venta de alimentos. En el caso de las tortillas, tanto en las tortillerías como en cualquier lugar donde se vendan, además de su transporte. Y también fortalecer a los productores, lo que implica subsidiar sus productos, apoyarlos en la compra de tecnología y mejores semillas y no permitir la importación indiscriminada de dichos productos.
Hasta el mismo Rogelio Ramírez de la O reconoció que la eliminación de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (julio de 2024) provocó un “hueco” en la otorgación de créditos para el campo”. Porque eso también impacta en los precios.
Todo lo anterior y de especial manera las extorsiones y el “cobro de piso” se convierten en una inflación no controlada (y que no acabará de ceder) que pega en el bolsillo de los mexicanos.