Termina el primer mes de gobierno de Claudia Sheinbaum y no se puede hacer, en tan corto periodo de tiempo, una evaluación de hacia dónde terminará evolucionando su administración, pero sí se pueden ir estableciendo algunas pautas.
Primero, el estilo personal de gobernar. La presidenta Sheinbaum, aseguran quienes trabajan con ella cotidianamente, adoptó un estilo completamente diferente al del presidente López Obrador: privilegia el trabajo de equipo, le gusta tener un control cercano de los temas, pero delega y descentraliza las tareas, su equipo es mucho más profesional que el de la administración pasada, pero también es un equipo que, como la mandataria, viene de una experiencia de gobierno particular, como lo es el de la Ciudad de México, y está empezando a conocer las entrañas de un país grande, complejo, con una agenda inabarcable para una sola persona, por eso quiere privilegiar el manejo institucional de su gobierno.
Una de las consecuencias de esa nueva visión personal es que se comienza a comprender que no puede haber estrategias generales, sino cada vez más regionales y específicas. Por ejemplo, en el ámbito de la seguridad se plantean objetivos generales que son inobjetables: atacar causas, consolidar la Guardia Nacional, desarrollar la investigación y la información, coordinar esfuerzos. Pero, al llevar eso al terreno, se confirma que debe aplicarse de forma diferente ante las distintas realidades del país: Sinaloa tiene poco que ver con Chiapas, Michoacán o Guerrero con Baja California o Guanajuato.
Para cada región, en seguridad y en muchos otros ámbitos, se deben establecer estrategias diferentes y prácticamente personalizadas. Dentro del aprendizaje de este primer mes está el identificar cada una de las regiones y los fenómenos y trabajar con las instancias federales y locales, con la Fiscalía federal y las estatales, sobre todo con los gobernadores, para definir esas políticas específicas, locales, regionales y, de la mano con ella, los compromisos.
Dentro de la consolidación de la Guardia Nacional se han dado, incorporada ya a la Defensa Nacional, algunos cambios importantes: en primer lugar, ya todos sus mandos son militares en activo, los que estaban en situación de retiro y tenían mandos en la GN han dejado esas responsabilidades. Por otra parte, quienes tienen los nuevos mandos en la GN ya no rotarán hacia otras posiciones dentro de la Defensa, la idea es que desarrollen su carrera, desde el escalón más bajo al más alto nivel, en la propia Guardia como una forma de profesionalizarla plenamente. De la mano con ello, la construcción de las 32 instancias estatales de la GN fortalecerá las políticas específicas, locales y regionales que se quieren implementar.
En la investigación, la inteligencia y la coordinación hay mucho por hacer y avanzar, en los hechos, se tienen que reconstruir y hacer nacer nuevas estructuras e instancias legales, como señaló el martes el secretario García Harfuch. En eso, la coordinación es central porque, más allá de que se puedan fortalecer la Policía de Investigación y otras estructuras, puedan tener también la posibilidad de investigar; al final, quienes terminarán utilizando esos insumos en la seguridad cotidiana serán, sobre todo, la Guardia Nacional, y en temas de seguridad interior o nacional, el Ejército o la Marina. Pero sin investigación, inteligencia y coordinación no se podrá avanzar en las estrategias de seguridad.
En la economía se está haciendo el recuento de daños para terminar de ajustar un presupuesto para el 2025 que será necesariamente austero, tanto, que el FMI ya ha pronosticado un crecimiento muy bajo para el próximo año, de apenas un uno por ciento. No sólo la presidenta Sheinbaum ha recibido el país con un altísimo déficit fiscal, sino también con áreas que económicamente son un desastre. Un ejemplo es Pemex, la petrolera más endeudada y menos productiva del mundo. Las pérdidas sexenales de Pemex alcanzaron los dos billones 73 mil 169 millones de pesos. Mil 300 millones de pesos cada día del sexenio. Mucho más que en el de EPN. Las pérdidas del tercer trimestre de 2024 fueron de 79 mil 134 millones de pesos, 879 millones de pesos al día. Las deudas con los proveedores, muchas de ellas se arrastran desde hace meses e incluso años, suman más de 130 mil millones de pesos. Mientras tanto, seguimos importando el 58% de la gasolina que consumimos y la refinería de Dos Bocas, en la que se gastaron 25 mil millones de dólares, sigue sin producir un solo barril de gasolina… pese a que en el sexenio pasado se inauguró tres veces.
Hay que cambiar mucho en seguridad, economía, política energética, en muchos otros ámbitos y, además, a la vuelta de la esquina estará la elección en Estados Unidos y, gane Trump o Harris, el futuro de la relación será complicado. Por eso creo que la presidenta Sheinbaum no tendría que quedar tan atrapada en la reforma judicial y en otros temas de agenda legislativa heredados del sexenio pasado y debería volcarse de lleno a su propia agenda de presente y futuro. Lo cierto es que ya se cumplió un mes de una nueva administración que aún está descubriendo su tono, su perfil y su narrativa.
¿POR QUÉ NO LO FESTEJAN?
El embajador Ken Salazar se pregunta por qué el gobierno mexicano no se alegra, no festeja, el que se haya capturado a El Mayo. Es una buena pregunta.