En medio de una tensión interna en el gabinete del gobierno mexicano, la Secretaria de la Función Pública, Raquel Buenrostro, ha iniciado una serie de acciones para endurecer los controles y realizar auditorías a altos funcionarios del gobierno en busca de combatir la corrupción.
Según fuentes cercanas, Buenrostro ha tomado medidas como despedir al personal que viene del sexenio anterior y que considera no apto para su tarea. Además, ha establecido como objetivos iniciales la gestión de Octavio Romero en Pemex y de Zoé Robledo en el IMSS, dos entidades que manejan millonarios fondos públicos.
En el caso de Pemex, se ha señalado que la secretaria considera la gestión de Romero como una catástrofe a todos los niveles, con sombras de supuesta corrupción que son conocidas en el sector petrolero. En este sentido, Buenrostro buscará auditar las maniobras irregulares y la deuda de 25 mil millones de dólares con proveedores que se ejecutaban desde las oficinas de Pemex en Tabasco.
Por su parte, en el IMSS, Buenrostro tiene en la mira al director, Zoé Robledo, quien maneja fondos millonarios que impulsan el programa IMSS Bienestar. Aunque este territorio es sensible y tiene influencia en el futuro de Morena, la secretaria parece estar dispuesta a auditarlo ya que Robledo tiene contacto directo con la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y figura entre los primeros considerados en caso de que se necesiten ajustes en el gabinete.
Sin embargo, el control y el pragmatismo son clave en esta situación. Según fuentes cercanas, si la auditoría en Pemex resulta ser una catástrofe, podría ser el atajo directo para que Buenrostro logre quitar a Romero de su cargo en el Infonavit, donde fue colocado por presión del presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese caso, aseguran que su amigo Javier May lo nombrará tesorero del Infonavit.
Aunque algunos detalles se mantienen en voz baja, se cree que Buenrostro también está buscando cuestiones tóxicas en Pemex relacionadas con Andrés López Beltrán o el general Audomaro Martínez, quien hasta hace poco manejaba el espionaje doméstico del gobierno. Sin embargo, en Palacio Nacional prevalece el pragmatismo y se espera que la secretaria tome las medidas adecuadas si encuentra alguna irregularidad en alguna de las entidades que busca auditar.