Aunque lo nieguen, el autoritarismo ya se asomó. Me refiero en este caso a la versión Regeneración Nacional, pues evidentemente hubo otras antes. Ejemplos sobran. Desde Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Adán Augusto López haciendo maromas leguleyas en ambas cámaras legislativas, hasta el visto en no pocos poderes ejecutivos de extracción morenista. Actitudes intransigentes, inflexibles o de plano ilegales. Sus integrantes dejan poco —nulo— espacio al diálogo y a la participación de diversas voces (más adelante explicaré la verdadera razón de ello).
Mas, desafortunadamente, toda autocracia siempre puede ser sobrepasada por algo peor y eso es lo que ocurre en México. El país se entregó a los criminales, lo cual es mucho peor y mucho más tardado de revertir que el autoritarismo de corte político, administrativo y electoral. Por si no fuera suficiente, lo que era de esperarse sucedió…
Empezaré por describir algunos efectos y más tarde explicaré el porqué esto es reflejo de que el obradorismo, para todo fin práctico, entregó la conducción del país al crimen organizado.
Vamos, entonces, con las consecuencias:
A medida que los días pasan, va quedando claro que la situación económica de nuestra nación y las decisiones para hacerle frente se asemejan más a las plagas de Egipto y no al despliegue de políticas públicas de largo alcance. ¿Por qué lo digo? Andrés Manuel le heredó a su sucesora un enorme déficit de casi el 6% del PIB. Niveles que no se tenían desde hace más de 40 años. Luego entonces, el no tan novel secretario de Hacienda y Crédito Público planteó como objetivo posible el reducir en tres puntos dicho déficit…
Para hacerlo, las medidas que se anuncian son de corte draconiano; tendrán un impacto negativo en una importante parte de la población.
Una de ellas será reducir en un 10% el presupuesto de la nómina del gobierno federal. La cantidad de personas que perderán su empleo (aunado a la ralentizada economía) hará que no encuentren trabajo pronto; eso tendrá un impacto negativo tanto en las finanzas del país, como en los niveles de consumo. Se generará una espiral vertiginosa que abarcará todo tipo de problemas.
El aniquilar a la administración pública del país es grave y algo que no se debería de hacer solo por “ahorrar dinero”. Si bien se requieren estructuras gubernamentales sólidas, esbeltas y concisas, desmantelar la administración pública como lo hizo López Obrador es otra cosa. Pareciera que ahora Claudia Sheinbaum terminará por culminar dicha “obra”.
Siempre me ha llamado la atención como en general la Cuarta Transformación cree que las estructuras gubernamentales no sirven de nada o, peor, que pueden ser sustituidas por unas compuestas de integrantes de naturaleza, bagaje y sustancia electoral. La administración pública debe profesionalizarse (rescatar y respetar los servicios profesionales de carrera), no convertirse en una cantera de puestos para los que apoyaron en las campañas.
Este 3 de octubre se presentó una iniciativa que propone que la Profeco absorba a la Condusef, al INAI, al IFT y a la Conamed. Independientemente de que se dejaría sin trabajo a cerca de tres mil servidores públicos, el expertise de los funcionarios se perderá.
Y encima los recortes presupuestales… Ciertos programas necesarios como el mantenimiento de carreteras ya habían sido recortados en la administración pasada y ahora sufren un nuevo recorte. Evidentemente, un programa de “bacheo” no sustituye ni compensa.
En los “Pre-criterios de política económica para el 2025″ se proyecta reducir el gasto para disminuir el déficit. Lógico. Pero, ¿de dónde se obtendrán los dineros para los nuevos proyectos e inversiones que a diario anuncia la primer mandataria y su gabinete? Las arcas nacionales no tienen dinero.
Los recortes y el “redimensionamiento” de la administración pública federal serán un juego de niños frente a la asignación del PEF para el 2025.
Llego ahora a la causa de todo lo anteriormente expuesto: lo más aterrador es lo que se puede leer entre líneas; esto es, que las fuentes de financiamiento de Morena y del oficialismo, que es el narco, también están en crisis. Es decir, los recortes a la APF obedecen a que han dejado de fluir los recursos de la delincuencia y el gobierno necesita compensar la pérdida en las finanzas públicas para continuar sosteniendo sus programas clientelares. Y, en efecto carambola, mandar efectivamente al diablo a las instituciones.
Lo voy a plasmar de otra manera: estos recortes dejan entrever que los narcos ya se dieron cuenta de que ya ni a la 4t necesitan para controlar al país; ergo, paulatinamente los han dejado de financiar.
¿Y por qué es esto? Pues porque ellos ya gobiernan gran parte del territorio mexicano sin necesidad ni de las instituciones ni de los actores y estructuras gubernamentales. Con el poder que han adquirido, en razón de que no se les ha combatido y de que se decidió retirar la declaración de guerra contra el crimen organizado, las bandas criminales ya no necesitan comprarlos, negociar con ellos o colocarlos en posiciones de poder. Es más efectivo y menos costoso aniquilarlos.
El narco ya no ocupa de las estructuras políticas, ni siquiera las de Morena y del oficialismo. Tienen las propias.
El peligro es que pronto sea así en todo el país.
Es ese el mayor -y el peor- legado de López Obrador. Desde que existe el obradorismo no ha habido castigo que le siga al crimen; hubo abrazos básicamente desde un principio. Un país entregado a los criminales, con el índice de impunidad que hay, lleva a lo que estamos viviendo.
Giro de la Perinola
(1) ¡Albricias! José Ramón López Beltrán ha dicho que tiene ganas de “en serio” integrarse a la política. Que un día de estos presentará un proyecto de nación para cimentar su retorno a la política…
Caray, para ser una república, México tiene cada día más esbozos y aspiraciones monárquicas. El linaje son los López Beltrán.
Que alguien le diga que ya su hermano Andy está en Morena como secretario de Organización y que se complica mucho que José Ramón pueda echar a andar su plan para México…
(2) La violencia observada en los primeros diez días de la administración de Claudia Sheinbaum permite ver que el “mejor presidente del país” le dejó una carnicería; crematorios clandestinos, delitos al alza, violencia que no para. Si ella, como dijo, quiere contender, disminuir, parar la violencia (el narcotráfico), tendrá que combatir y sofocar a Morena, pues dicho partido y mucha de su gente están entregadas al narco.