Este martes comienza una nueva era para México. La llegada de la primera presidenta de la República no solo representa una conquista de las mujeres y la equidad de género, sino una oportunidad de mejorar las cosas que no se hicieron bien o se empeoraron en el sexenio que terminó, el de Andrés Manuel López Obrador, tales como la seguridad, la salud, la educación, la economía, el combate a la corrupción y el equilibrio de poderes.
El arranque del gobierno de Claudia Sheinbaum es una nueva oportunidad para México, para la autodenominada Cuarta Transformación y para ella misma. La irrupción de la primera titular del Ejecutivo y comandanta de las Fuerzas Armadas conlleva una gran responsabilidad no solo de redirigir el barco de “transformación”, sino de mostrar por qué se necesitaba una mujer al frente de los destinos del país.
Claudia Sheinbaum es más disciplinada que López Obrador, cuya vena política pesó más en su administración, durante la cual se enfocó en hacer perdurar su movimiento más que en gobernar propiamente hablando, es decir que dejó del lado la adecuada ejecución de las políticas públicas y la eficiente coordinación de su gabinete para enfocarse en el plano electoral. Su enorme bono democrático y arrastre popular convirtieron al gobierno de AMLO en uno de mando unipersonal, al más puro estilo del presidencialismo priista, lo que terminó dando al traste con los resultados en la mayoría de los rubros.
Estas serán algunas de las principales diferencias del gobierno de Sheinbaum con el de López Obrador. La nueva presidenta privilegiará la gobernanza y los resultados sobre la política-electoral, la cual dejará en manos de los líderes e ideólogos del movimiento y de Morena. El plan de los primeros 100 días será establecer los cambios para mejorar el estado de las cosas en los temas más delicados: seguridad, salud, educación y economía. A la par, buscará volver a tender puentes con los principales socios comerciales y rehacer relaciones diplomáticas, mientras envía mensajes de unidad y reconciliación para los mexicanos y de certidumbre jurídica para los inversionistas.
El estilo de gobernar de la nueva presidenta también influirá en la percepción de cambio. Sheinbaum será más ejecutiva y delegará a sus secretarios y secretarias de Estado, así como a su gabinete ampliado y al equipo de la Oficina de la Presidencia, buena parte de las tareas, exigiendo resultados comprobables y sostenibles en el corto plazo. Y si bien todas las áreas de la administración pública federal son relevantes, algunos de sus hombres y mujeres de mayor confianza cargarán con las mayores responsabilidades para intentar ponerle el “sello Claudia Sheinbaum” a la nueva administración.
Algunos de los actores clave del gobierno de Sheinbaum, por la importancia de las dependencias a su cargo y el gran reto para “darles la vuelta”, serán: 1. Omar García Harfuch, quien junto con las Fuerzas Armadas será el encargado de delinear la nueva política de seguridad, además de que contará con el Centro Nacional de Inteligencia y la Unidad de Inteligencia Financiera para asestar golpes a los grupos criminales.
2. Luz Elena González, secretaria de Energía, encargada de coordinar el nuevo plan energético del país, reestructurar a Pemex y darle una nueva guía a la Comisión Federal de Electricidad. La clave en su encomienda es la apertura del sector a la inversión privada sin que el Estado pierda el control de los hidrocarburos y la electricidad.
3. Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, encargado de elaborar el Paquete Económico 2025 junto con la subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez, y el nuevo subsecretario de Hacienda, Edgar Amador. La clave para los tres es evitar una recesión que haga que Sheinbaum inicie su gobierno con un crecimiento económico negativo.
4. Marcelo Ebrard, secretario de Economía, encargado de diseñar y ejecutar una política industrial –un intento infructuoso de prácticamente todos los gobiernos–, así como mejorar las relaciones comerciales de México con el mundo. La principal asignatura pendiente será la renovación del TMEC, en 2026, y recuperar la confianza de los inversionistas.
5. David Kershenobich, secretario de Salud; Zoé Robledo, director del IMSS, y Alejandro Svarch, titular del IMSS-Bienestar. Los tres tendrán la titánica tarea de combatir el desabasto de medicamentos e insumos médicos, aumentar la cobertura de servicios de salud y mejorar la calidad y las capacidades de los centros de salud y hospitales públicos del país. Y todo sin las bromas macabras de compararnos con los sistemas de salud nórdicos.
6. Juan Ramón de la Fuente, canciller mexicano, deberá lidiar con todos los frentes abiertos que deja el gobierno de López Obrador en cuanto a diplomacia y relaciones exteriores. Estados Unidos, Canadá, España, Argentina, Ecuador y Perú son solo algunos ejemplos. También tendrá que hilar fino con el próximo presidente o la próxima mandataria de Estados Unidos, cuyas baterías contra México estarán enfocadas en temas de migración, seguridad y comercio.
Sin bien hay más protagonistas del gobierno de Sheinbaum, los mencionados arriba tendrán las mayores responsabilidades en la administración que comienza, que ojalá sea mucho mejor que las anteriores.
Posdata 1
Claudia Sheinbaum confirmó este lunes algunos de los nombramientos que se publicaron en este espacio en días anteriores y ayer mismo. La presidenta designó a Santiago Nieto como nuevo director del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, como se reveló el martes pasado.
También se confirmó que César Yáñez, exvocero de López Obrador, será el nuevo subsecretario de Gobernación en la dependencia que encabezará Rosa Icela Rodríguez.
Y tras la confirmación de la salida de Gabriel Yorio de la Secretaría de Hacienda, se nombró a Edgar Amador como subsecretario de Hacienda, más cercano a Victoria Rodríguez y a Sheinbaum que Ramírez de la O, aunque el objetivo de este último era sacudirse a Yorio a como diera lugar.
Asimismo, se confirmó que Paulina Silva será la titular de la Coordinación General de Comunicación Social de Presidencia y Alfonso Brito el titular de la Coordinación de Vinculación e Información de Presidencia.
Posdata 2
Otro nombramiento importante fue la ratificación de Jorge Mendoza como titular de Banobras. A la callada, el joven financiero entregó buenas cuentas al gobierno de López Obrador, por lo que Claudia Sheinbaum decidió mantenerlo al frente del banco enfocado en financiar proyectos de infraestructura.
Lo que también llamó la atención fue que no se ratificara de igual forma a Luis Antonio Ramírez Pineda al frente de Nafin-Bancomext. Todo indica que no repetirá como director del banco y su destino es incierto.
En Hacienda impulsan a Maricarmen Bonilla, titular de la Unidad de Crédito Público y Asuntos Internacionales, para dicho puesto. La financiera tiene buenas credenciales y es experta en colocaciones de deuda y administración de activos. En abril del 2024 fue distinguida con el reconocimiento al mejor funcionario (a) de financiamiento soberano o supranacional por parte de Global Capital de América Latina.
Posdata 3
Con el objetivo de blindar el monitoreo del sistema eléctrico nacional de los ciberataques, el Centro Nacional de Control de Energía, que dirige Ricardo Octavio Mota Palomino, adjudicó de manera directa el contrato 2024-018TOM999-A-A-B-075 a las empresas Global VoIP SA de CV Y Micronet de México SA de CV para implementar sistemas de seguridad para el tráfico de su red, al igual que sistemas de prevención de intrusos. El servicio dio inicio a partir del pasado 12 de septiembre y el monto del contrato es por 89 millones de pesos.
Además de la implementación de estas medidas de seguridad, las empresas se encargarán de realizar capacitaciones y sesiones de soporte técnico relacionadas a estas tecnologías.
Dicho servicio es por demás necesario, ya que de acuerdo con la compañía de ciberseguridad Fortinet, que dirige Jorge Miranda, en 2023 México acumuló el 47% del total de ataques cibernéticos de la región de Latinoamérica, lo que se traduce a 94 mil millones de casos.