Las necedades se pagan muy caras. Lástima que en este caso las pagaremos todos los mexicanos salvo quien tuvo el capricho de destrozar el NAICM. Ahora, como cereza en el pastel del derroche y de la mediocridad (y es que a estas alturas es lo único para lo que alcanza el escaso tiempo y el poco dinero), se opta por invertir en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y con eso intentar dar atención al tráfico aéreo del Valle de México… N’ombre, ¡unos genios!, diría un respetable ex candidato presidencial (por cierto, el mismo individuo que sí calculó correctamente el costo —aunque muchos obradoristas se burlaron— que terminaríamos pagando por cancelar el aeropuerto de Texcoco).
Construir el AIFA tuvo un costo superior a los 115 mil millones de pesos, lo que incluye las subvenciones, mejoras y vías carreteras para llegar (a la fecha también inconclusas). Pero no ha sido el único costo. Sigue costándonos la ya mencionada cancelación del NAIM; una cifra que ya supera los 331 mil millones de pesos, y que sigue subiendo día con día. A los anteriores faltan por calcular y sumar los costos de haber llevado el transporte de carga al Felipe Ángeles (siendo Toluca la segunda mejor opción), lo que es el mantenimiento propio del AIFA y lo que eso significa disminuir el presupuesto para el mantenimiento de las terminales 1 y 2 del AICM que, OBVIAMENTE, ahora requieren atención urgente.
Total, que ya se ha dicho mucho —hasta resulta chocante—: el AIFA ha resultado muy caro en términos económicos y ha tenido un enorme impacto negativo en la economía nacional.
Que conste que hasta aquí no he tomado en cuenta el impacto negativo, de lo que de otra forma habría sido en positivo de haber contado con el HUB aeroportuario más importante de América Latina y de los más grandes del mundo. Por darnos una idea, el aeropuerto de Panamá (Tocumen) obtuvo en 2023 ingresos por 270 millones de dólares solo por transportar 8.5 millones de pasajeros. Para este 2024 esperan un beneficio de 387.2 millones de dólares. ¡¿Se imaginan lo que hubiera ingresado México?! Pero el ‘hubiera’ no existe, aunque sí las pérdidas que nos impiden crecer…
Y aquí estamos. El AIFA simple y sencillamente NO funcionó. Los militares tendrán un aeropuerto de mediana calidad para sus vuelos y no mucho más. Lo cual nos lleva a enfrentar nuevamente —con mayores costos, eso sí— la realidad de requerir un aeropuerto de calidad para la zona metropolitana de la capital de México, el cual pueda sostener un mayor número de vuelos, recibir un mayor número de pasajeros, etcétera…
Ya dijimos que para eso el AIFA no sirve, por lo que solo queda voltear a ver al vetusto Benito Juárez con urgencia. Debe de quedar en condiciones “óptimas” (ajá…) para el Mundial de Fútbol que se celebrará en distintas ciudades de México-Estados Unidos-Canadá en el 2026. O sea, ya. ¡Y todavía la 4t tiene el atrevimiento de quejarse de Vicente Fox y de la terminal 2 del Benito Juárez que han llamado parche y remedo!
No deja de sorprenderme cómo los morenistas cada vez se superan más en incompetencia. Después de tanto derroche de dinero ¡y de saliva! para defender lo indefendible, este evento magno —alegría de todos los aficionados en el mundo— hace más que evidente lo que se supo desde 2018. El asunto es que se nos cruzó Andrés Manuel López Obrador… Sí, el AIFA, la destrucción del NAIM y ahora la necesidad de construir la terminal 3 en el AICM dada la creciente demanda de pasajeros (y más con el Mundial en puerta) inflige al país una de las peores pérdidas en todos los rubros y sentidos cortesía del macuspano.
Algunos tendrán la duda de si, en algún momento, AMLO consideró cómo impactaría para mal el AIFA y los costos asociados a quien quedara como presidente/a en el 2024. Obviamente no. Él y su movimiento volcados en cumplir su capricho y su voluntad sin pararse a pensar en el país o en su sucesora.
Así, a seis años de la destrucción de una potencial fuente de empleo y riqueza para el país, a cuatro años de continuar sufragando el inservible AIFA, ahora tienen que lanzar una convocatoria para remodelar las fachadas y las salas del AICM. Ni la burla perdonan.
La pregunta obligada es: ¿qué amigos de la nueva oligarquía cuatroteísta se llevarán los jugosos contratos para hacer esto y, en su caso, para edificar una tercera terminal en el Benito Juárez?
Las necedades salen caras. La terminal 3 del AICM, un mundial y lo absurdo del AIFA nos lo vuelven a recordar. ¡Que alguien ya pare ésta y otras muchas golizas de equivocaciones!