La ciudad de Chilpancingo, en México, se encuentra en estado de terror tras el asesinato del alcalde Francisco Gonzalo Tapia, a manos del crimen organizado. El pasado jueves, su secretario general Alejandro Arcos Catalán había sido ejecutado, y esto llevó al mandatario municipal a pedir mayor seguridad y apoyo al gobierno estatal para garantizar la gobernabilidad en el Estado. Sin embargo, el domingo se dio a conocer que Tapia fue decapitado por miembros del narcotráfico, a menos de una semana de asumir su cargo. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló este lunes que se analiza la posibilidad de que la Fiscalía General de la República se haga cargo de las investigaciones del caso, mientras que la oposición ha calificado el crimen como un “acto terrorista”.
El líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Alito Moreno, en entrevista con Gabriela Warkentin en W Radio, expresó su consternación y dijo que “esto sobrepasó todos los límites, necesitamos garantizar la seguridad”. El asesinato de Arcos Catalán se informó después de que las autoridades recibieran el reporte del hallazgo de su cabeza colocada sobre una camioneta blanca. En el interior del vehículo, que estaba estacionado fuera de un hotel cerca de la carretera entre Chilpancingo y Tixtla, se encontró su cuerpo cubierto con una sábana. El secretario Tapia, por su parte, había sido ejecutado a tiros tres días antes en pleno centro de la capital estatal por el crimen organizado. Moreno lamentó la situación en México, indicando que “tal pareciera que en Guerrero, como en otras entidades federativas, si no pactan con el crimen organizado, ya no los van a dejar gobernar”.
Finalmente, el líder del PRI confirmó el fallecimiento del alcalde Tapia, y expresó que “él y su gente no lo aceptaron. Esto es algo inaceptable para una democracia”. El crimen ha generado indignación en México y ha