El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, se encuentra preocupado por la posible desmentida de Estados Unidos respecto a la identidad del piloto que transportó a Ismael «El Mayo» Zambada desde México a Texas el pasado 25 de julio. Durante las últimas horas, se ha generado un cruce de declaraciones entre Alejandro Gertz y Ken Salazar, lo que ha generado inquietud en Rocha.
Para el Gobierno, la identidad del piloto es clave en el reclamo que han hecho sobre una supuesta violación a la soberanía mexicana. Tanto Andrés Manuel López Obrador como Claudia Sheinbaum creen que el piloto era estadounidense y trabajaba para agencias de dicho país. Sin embargo, la sospecha nació de un detalle casi menor: de todos los desaparecidos que dejó el arresto del narco, el piloto es el único que nadie reclama en México.
Esta situación ha exacerbado los peores temores del gobernador Rocha, quien además cree que desde Morena ya existe un movimiento para sacarlo de su cargo. Temiendo que Estados Unidos revele que el piloto no estaba en California el día de la caída de «El Mayo», Rocha se preocupa porque eso invalidaría la carta que publicó Zambada donde asegura que él estaba presente cuando el capo fue secuestrado.
El gobernador cree en la existencia de un pacto no escrito entre ambos gobiernos: México no reclama al piloto y Estados Unidos no desmiente su coartada. Temiendo ser desmentido por EU, Rocha calcula que su próximo movimiento sería intentar arrestarlo. Si eso sucede, su caso se convertiría en un ejemplo para el morenismo sobre las consecuencias de la colusión con los narcos. Cabe destacar que ya se ha instalado en la opinión pública la culpabilidad de Genaro García Luna.
Por si fuera poco, el fiscal Alejandro Gertz ha declarado en privado que Rocha le mintió durante las dos semanas posteriores a la caída de Zambada. Incluso, Gertz ha calificado como un montaje el video del crimen de Héctor Melesio Cuen en una gasolinera. Todo apunta a un escenario que el gobernador de Sinaloa no desea y que, según Gertz, no le disgusta en absoluto.
Algunos indicios, dicen cerca de Rocha, están encriptados en las palabras de Salazar de ayer martes. Cuando el embajador dice que más que reclamar por el piloto, el Gobierno debería festejar la caída de Zambada, en realidad está dando a entender que no celebrar el arresto implica el sentimiento contrario respecto a lo que Washington entiende como un triunfo de la política antidrogas. Y ese sentimiento puede obedecer a cuestiones inconfesables.
Avatares que podrían tomar otro rumbo si el martes que viene los republicanos recuperan la Casa Blanca. En ese partido no hay subtextos ni dobles interpretaciones, sino congresistas y senadores que hablan de los supuestos nexos entre la 4T y el crimen organizado. El affaire Zambada se tonaría así, en una invitación muy difícil de rechazar.